Capitulo VII

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Mis demonios se han enamorado de los tuyos y ahora solo quieren bailar.

Gio Carba

Bruno

Definitivamente este tipo de fiestas no eran para mí, ya estaba harto de saludar a tanta gente y sonreír hipócritamente. Estaba por irme de verdad iba a darme la media vuelta y largarme al fin al cabo yo era el dueño de todo y podía hacer lo que me venga en gana.

Y había tomado mi decisión sino hasta que las puertas se abrieron y dejaron ver probablemente a la mujer más hermosa que he contemplado hasta hoy.

Los ojos de todos se posaron en ella, y como culparlos. Una belleza genuina con la de ella llamaría la atención donde fuera.

Envuelta en un vestido negro que hacía que su piel luciera tan blanca que no parecía real, el vestido tenía un escote en v no tan profundo como me gustaría la verdad, esa abertura en su pierna derecha me estaba matando.

Me imaginaba esa pierna envuelta en mi caderas mientras la embisto contra la pared, ese cabello rojizo revuelto por el acto. Sacudo mi cabeza para alejar esos pensamientos, no quiero tener una erección en medio de tanta gente.

Pero no puedo evitarlo, siento que no puedo quitarle los ojos de encima y por si fuera poco ese par de ojos de diferentes colores la vuelven definitivamente alguien fuera de este mundo.

Me empiezo a mover por inercia ella y suelto.

-Buenas noches, bienvenidos -me giro a la pareja que tiene junto a ella de camino acá recordé el rostro del hombre y es mi nuevo gerente de ventas-. Usted debe ser el hombre que estaba esperando. Mi nuevo gerente de ventas.

Asiente.

-Buenas noches, si esta en lo correcto soy Edward Mitchel, ella es mi esposa Selene Evans- saludo con un apretón-. Ella es mi hija Levana y su amiga Olive.

Dirijo su mirada a la hermosa mujer de vestido negro y me acerco a apretar su mano y cuando hacemos contacto siento un corrientazo recorrer mi brazo y ella aparta su mano como si mi tacto quemara.

-Un gusto, Levana -saboreó su nombre y volteó a su amiga para no ser muy obvio-. Un gusto Olive.

Ella me sonríe y Levana no sabe como pararse se ha quedado en el mismo lugar desde que me acerqué, sé que causo un efecto en las mujeres, pero ella me ve con deseo, pero a la vez siento indecisión en su mirada.

-Bueno me retiro, disfruten la fiesta -me dirijo hacia los padres de la chica-. Espero volvernos a encontrar antes que termine el evento -o al menos a ella, pienso.

-Por supuesto -dice el señor Mitchel le doy un apretón de manos antes de irme.

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Levana

Aún estoy en shock por lo que acaba de pasar, no sé cómo este hombre solo con verme me desarmara por completo y me reprocho lo estúpida que debí verme al casi botar baba por él.

Pero es que él tiene un aura muy atrayente, era intimidante por su mirada fría en esos hermoso ojos azules, ese cabello casi rubio, su mandíbula cuadrada, esa nariz afilada, esos labios y por su fuera poco pasaba del metro noventa y eso lo hacía más imponente aún.

Cuando sus manos se tocaron sentí un corrientazo que tuve que quitar mi mano enseguida.

-Muy guapo ese hombre, si fuera hetero me le hubiera tirado encima -suelta con un poco de gracia en su tono-. Lo juro, lástima, está para comérselo.

¿Destinados? [Completa✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora