Capítulo XXXII

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Me había resignado a morir solo en un cuartucho, y ahora ella pretendía alterar mi plan magistral.

Charles Buckowski


Bruno

Sabia que hoy no sería un buen día pues, me levanté solo en la cama, además hoy era la cita con el médico y de paso la cena de ayer me dejó un mal sabor de boca.

Desperezo mi cuerpo antes de levantarme y dirigirme al baño a cubrir mis necesidades, bañarme y salir listo para irme a otro de mis estresantes días de oficina para luego ir a la clínica y luego volver a la empresa.

Descarto la idea de que la pelirroja se haya ido pues la escucho en la cocina al igual que mi hermana.

-Buenos días.

-Buenos días hermanito -saluda una siempre sonriente Briar-. Hoy amaneciste más feo que ayer.

-No es cierto -me acerco a dejar un beso la boca de mi novia-. Estas más guapo mi amor.

-No más que tú -beso-, hoy -beso-, mañana -beso- y siempre.

-Mejor regresen a la habitación -hace un mohín-, bueno yo los dejo debo ir a la universidad.

-¿Te llevo? -pregunto- voy de camino a la oficina.

-Bruno aún no has desayunado -me recuerda la pelirroja-, come algo y luego se van.

-Pero ya voy tarde además, Briar ya se tiene que ir -objeto-, comeré algo en la empresa lo prometo luna.

-Bien, pero no lo olvides.

-No lo haré, preciosa -la beso antes de salir con mi hermana.

Había algo extraño en el comportamiento de la chica sentada a mi lado, estaba muy callada y pensativa. No parecía en lo absoluto a mi hermana la que nunca se calla.

-¿Por qué estás tan callada? -sigue viendo por la ventana- Briar

-Prinzessin.

Extiendo mi mano para llamar su atención.

-¡Briar!

-¿Eh? -sacude la cabeza-. Si, dime.

-Preguntaba el por que estas tan callada, entiendo que puede ser por lo que pasó anoche durante la cena pero no debes sentirte mal por nada, ¿lo sabes, no?

-Si, es eso.

Yo sabia que no, la conocía a la perfección había algo que sus ojos me gritaban pero su boca no se atrevía a decírmelo.

Cuando ella esté lista me lo dirá, de eso estoy seguro.

Me despido de ella y a dejo en la entrada de la facultad.

Mientras voy en camino hacia la empresa pensando en todo lo que me espera hoy al llegar a esa clínica, tengo algo de miedo por el futuro. No sé cómo asimilar aún toda esta circunstancia.

Ya en mi oficina, hago casi lo mismo que todos los días. Confirmo reuniones, leo y apruebo varios proyectos.

Planeo dejar todo listo para poder pasar las fiestas libre de preocupaciones empresariales, quiero pasar un momento sin nada en mente paz que pasar con las personas que quiero.
Reviso mi reloj y me he perdido entre tantos papeles, ya no falta mucho para la cita pactada. Dejo todo tal y como esta pues debo volver apenas termine allá, tengo que trabajar hasta tarde para estar libre.

-Jolie, necesito las últimas actualizaciones sobre el avance de los diseños para el proyecto praesidium -la observo anotar en la tableta-. También que despejes toda mi agenda a partir de mañana hasta el segundo día del nuevo año, que es el día en que firmaré uno de los contratos más importantes.

¿Destinados? [Completa✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora