EXTRA I

6K 333 57
                                    

Levana

5 años después

Era increíble como pasaba el tiempo, parece que fue ayer que conocí a mi esposo, luego de tantos años entre altos y bajos aún seguimos juntos.

Eso sí, amándonos cada día más.

Fue un proceso aterrador y a la vez maravilloso, tal vez imaginaba que la vida no cambiaría tanto, después de todo vivimos meses juntos antes de casarnos.

No podía explicar, pero algo se sentía diferente al ser solo novios.

Siento que hemos aprendido y seguimos aprendiendo mucho el uno del otro. Es una cuestión de hacerlo todos los días.

Ahora sentada en la sala viendo en el portátil las estadísticas y finanzas de mi hotel.

Sí, leyeron bien. Mi hotel.

Anteriormente fue llamada la casa Adeline de Götz, la mansión fue heredada a Bruno de su abuela, pero la pondría en venta eventualmente ya que teníamos nuestra propia casa así que después de pensarlo mucho se la compré.

Hice un préstamo al banco con la escritura de mi antiguo departamento, no valía mucho, pero del trabajo que conseguí cuando me gradué logré ahorrar para hacer realidad aquel sueño.

Claro que, Bruno intentó dármela como un regalo, pero por supuesto que no acepté, quería vivir la experiencia completa.

Además, ahora era su competencia, me gustaba recordarle eso todo el tiempo. Fingía estar enojado, sin embargo a los pocos segundos me recordaba lo orgulloso que estaba de mí.

Hice algunas observaciones para que Rafael, mi contador y asesor financiero, recibiera el documento y me informe sobre algunos giros.

Él se había convertido en uno de mis mejores amigos, después del fatídico día del secuestro llegó a preguntarme como estaba y a frecuentar nuestro hogar. Bruno no estuvo celoso en ningún momento, dijo no sufrir de aquellos males.

Eso me hacía suspirar por aquel hombre perfecto.

Le envié el documento y cerré la computadora, bebí un poco de mi chocolate caliente mientras me quedaba viendo a la pared donde estaba una foto retrato de nosotros en el balcón de la cabaña del lago justo en el momento en que Bruno me propuso matrimonio.

Olive confesó haberla tomado, aunque sus lágrimas no le permitían ver si lo hacía correctamente, pero aún así la foto salió perfecta.

Luego de dos años de casados decidimos compartir nuestro propio espacio, una casa no muy grande, ni muy pequeña, era muy necesaria.

Nuestra casa tenía dos plantas, seis habitaciones por petición de mi esposo casa una debidamente equipada, una sala de estar gigante, una sala de cine, piscina exterior y un hermoso jardín que le hacía competencia al de mi hotel que por cierto tiene como nombre...

"Eklipse"

Un día llegó a mi cabeza y así se quedó.

Eran casi las nueve cuando la puerta de la entrada sonó y mi guapo marido pasó por la estancia para llegar hasta donde estaba.

—Buenas noches, luna —se inclinó a darme un beso—. ¿Cómo estás?

—De maravilla ahora que estas aquí.

—¿Si? —volvió a pegar sus labios—. ¿Mucho o poco?

Sostuve su nuca aprisionándolo con mis labios, me recostó en el sofá y se puso sobre mí para más comodidad.

¿Destinados? [Completa✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora