Hoy me había levantado con un dolor extraño en la zona del corazón. Intuición, ansiedad, pensamiento intrusivo, sensación paranoica... El nombre importaba una mierda, sólo fue relevante que cuando abrí los ojos y las manos fueron directas a mi pecho. Fue una sensación punzante e intensa que duró unos segundos y después... Nada. Un hueco, un vacío, esa sensación similar a que te arrancaban una pieza de tu rompecabezas personal y sabías que el agujero estaba ahí.
Brent también lo sintió, porque al instante exhaló un quejido agudo que le hizo caerse de la cama y ambos nos miramos. Nos encontrábamos confusos. No estábamos entendiendo qué clase de sensación era capaz de provocar esas emociones: temor, duda y vacío. Eran una triada que a mí parecía haberme dejado estancado un sonido blanco incómodo y a Brent le había robado parte de su alegría.
El clima tampoco no estaba ayudando demasiado, porque aunque estuviéramos en agosto el cielo se había puesto negro aquella mañana. Todo el asqueroso e incómodo calor nos pareció que incitaba al sudor frío, al temor de caer enfermos, a la duda del error estúpido. Sin embargo reparé en dos detalles cuando me levanté en la cama, mientras me pasaba los brazos por la piel expuesta de sudor: El balcón cerrado y en uno de los cajones sobresalía una prenda de ropa mía.
—Brent, ¿hueles algo? —pregunté, dando la vuelta al otro lado de la cama para sacar el cuchillo de cocina del cajón. Si había un intruso no iba a salir vivo, de eso me encargaría yo.
Verme hacer eso también pareció alterarlo un poco, lo suficiente para reaccionar al instante y ponerse a olisquear el aire hasta mostrar un gesto confuso..
—No huele nada raro. —Salió desnudo, como era habitual, y sacó un pantalón corto que le marcaba el culo; aunque ahora mismo no podía pensar en nada como eso. Tenía la sensación de que había algo raro—. Puedo oler mis propias feromonas y tu olor también.
—¿Siempre has podido olerme? —pregunté nuevamente, abriendo las puertas acristaladas para que el aire del exterior entrara y ventilara todo. Le vi asentir—. ¿Y por qué nunca me lo habías dicho?
—Nunca preguntaste y siempre hueles bien, así que no importa mucho. —Se encogió de hombros y sus ojos amarillos, con algo de pereza, se marcharon hasta la puerta que siempre dejábamos abierta ya por costumbre—. ¿Crees que ha entrado alguien?
—¿Tú has cerrado el balcón?
Negó y yo puse los ojos en blanco, porque era demasiado obvio que ayer nos acostamos con las puertas abiertas de par en par. Era una pregunta retórica.
Recorrimos la casa entera, preguntándole al pelinegro cada dos por tres si olía algo extraño, pero todas las respuestas llevaron al mismo callejón sin salida: No.
Ni olor inusual, ni huellas de barro, ni suciedad extraña, ni ausencia de objetos... No había nada que demostrara que hubieran entrado a la guarida, pero eso no explicaba el por qué me fijé en esos detalles.
Tampoco en mis temores.
Lo dejé pasar, aunque el dolor aún seguía en nuestro cuerpo y las ganas de follar desaparecieron de un plomazo. Por ello, Brent creyó oportuno marcharse a correr y ejercitarse al bosque cerca de su jardín personal, ya que llegó a la conclusión de que a lo mejor así se sentiría mejor. Por ello lo permití y yo me encargué de limpiar la guarida, aunque no hubiera mucho que hacer al respecto. El tiempo ya dejaba claro que tampoco podríamos salir en el caso de tener una tormenta de verano.
Eran imprevisibles.
Quité el polvo, fregué un par de cacharros que no quise tocar anoche, saqué la basura en su respectivo lugar, plegué la ropa y coloqué una lavadora. La televisión no mostraba nada interesante, además de que los programas que emitían eran basura. Al parecer el día no parecía ofrecerme un momento tranquilo o entretenido, porque cuanto más avanzaba el reloj, más raro me sentía.
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𝕷 y k a n [También en Inkitt]
Werewolf[Libro 0.5] [Independiente] Everett Oak, un escéptico empedernido, considera la existencia de los hombres lobo como un mito absurdo, algo en lo que solo creen los más chiflados. Ni siquiera la asignatura universitaria dedicada al tema logra convence...