Murió en batalla y despertó en un día normal de entrenamiento, poco más de ocho años atrás. Al principio no lo entendía, pero al mirarlo de nuevo dejo de importar lo que había sucedido.
Sus ojos volvían a encontrarse con los suyos, y no quería perde...
Cuando las heridas de Giyuu sanaron por completo, tuvo que volver a la finca del agua mientras Sabito permanecía observado en la finca mariposa.
-¡Sabito-san! – llamo agitando el brazo.
-Hola Tanjiro, ¿vas a entrenar?
-¡Sí! ¿Viene conmigo?
-Me gustaría, pero no puedo – sonrió levemente – Mi cuerpo aun no está en condiciones.
-Mm... - bajo los hombros y curveo las cejas en forma de media luna – Ese enfrentamiento con Tomioka-san debió ser muy difícil.
-Estaba en desventaja, y Giyuu es muy hábil con el aliento.
-Los dos estuvieron asombrosos, espero poder llegar a ese nivel.
-Sigue entrenando – le revolvió el cabello – Seguro lo harás... ¿Tus amigo no irán contigo?
-Ellos... - bajo la mirada con una sonrisa nerviosa – No creo que quieran ir hoy... – elevo la mirada – ¿Sabito-san? ¿A dónde va? – lo siguió confundido.
-¡Claro que querrán! Déjemelo a mí – le guiño un ojo y siguió caminando a la habitación donde descansaban.
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El entrenamiento iba agotadoramente bien. Kanae entro alegre y abrazo al pelirrojo de aretes hanafuda a la vez que los felicitaba a todos por su esfuerzo y dedicación.
-¡Lo están haciendo muy bien, sigan así! Me llevo a este lindo por un rato – informo antes de arrastrarlo consigo.
-Tú te quedas – puso la mano en el hombro del de ojos avellana que intentaba escapar.
-¡No quiero! ¡ESTO ES HORRIBLEE!
-¡No te pregunte! ¡Sesenta lagartijas, ahora! – exigió elevando la voz.
En un parpadeo ya estaba en un cuarto, sentado frente la sonriente chica que lo miraba atentamente.
-He notado que en los últimos días quieres hablar con Sabito-kun, sobre lo de tu hermana, ¿verdad?
-... Sí... - admitió bajando la mirada – Pero no sé cómo.
-Te contare una historia Tanjiro-kun – dijo con el dedo índice en lo alto – Es una de la cual se derivan otras.
-¿De qué se trata?
-De Sabito-kun... Solo espero que no se moleste por todo lo que diré – murmuro lo último – Ojala te ayude.
El menor frunció los labios. Es verdad que tenía cierto deseo por conocer más del pilar, en realidad, de ambos pilares del agua. Suspiro y elevo la mirada uniendo sus ojos con los de la mayor.
-Por favor, cuénteme su historia y ayúdeme con esto – pidió.
-¿Sabías que, en realidad, después de Himejima-san Sabito-kun sería el pilar más fuerte? No Uzui-san – llevo la mirada a la ventana. Se distinguía al pilar tener una discusión con Zenitsu e Inosuke – Lo malo es que no alcanzo ese nivel por gusto. Muchos de nosotros le debemos algo a Sabito-kun...
