-¡Treinta minutos para media noche! ¡Cow! ¡Treinta minutos! – informo agitando las alas.
Sabito se despertó de golpe, asustado por los gritos y graznidos en su oreja, se levanto con una mano en el corazón, el cuervo bajo al asiento y lo miro atentamente. A penas comenzaba a soñar.
-Gracias por el aviso – acaricio la diminuta cabeza del ave y miro a su alrededor. Todos estaban dormidos – Vamos – le ofreció el antebrazo. El cuervo salto para apoyarse en él.
Miro a los tres chicos dormir profundamente y decidió no molestarlos, estaba por irse del vagón, cuando el jalón de su muñeca lo detuvo. La observo y encontró una soga atada que lo unía a una niña de kimono verde que comenzaba a entreabrir los ojos, tomo la cuerda entre el puño y tiro haciendo que la menor soltara un quejido bajo mientras cae al piso.
Desato la cuerda y se acerco para verificar que la chica estuviera bien, pero ella intento atacarlo en cuanto se agacho. Sabito logro esquivarlo y analizar su mirada, lo veía con enfado y frustración.
-¿Ninguno de ustedes sabe lo que planea? – miro a los cuatro menores con enojo.
En minutos le colmaron la poca paciencia que tenía. Ellos negaron a la par.
-Él sólo nos da órdenes.
-Ya veo – se llevo la mano a la barbilla, viendo alguna esquina del suelo – Quédense aquí y no se muevan a menos que también quieran perder la cabeza.
-No puedes, eres un cazador de demonios – contesto la que estaba atada a él.
-Soy un cazador seguro de que nadie reclamara sus cuerpos – respondió con la misma irritación – ¿Los puedes vigilar un rato?
El cuervo afirmo y se poso en el respaldo del asiento, Sabito agradeció y comenzó su camino, analizando cada detalle de los vagones en busca de cualquier anomalía.
Mientras los cuatros chicos se quedaban quietos con la cabeza gacha, el ave los miraba sin parpadear ni moverse, asustándolos de sobremanera.
Tanjiro, Inosuke y Zenitsu seguían dormidos, así que dé a momento estaba solo. Al llegar al final del tren y mirar el paisaje en movimiento una extraña incomodidad le paso por la espalda, arrugo el entrecejo. Un suave meneo le hizo bajar la mirada.
-Hola, Nezuko – se agacho a su altura – Deberías estar con Tanjiro.
-¡Mmm! – se quejo. O eso es lo que Sabito podía interpretar por sus expresiones y movimientos.
Nezuko le agarro la mano y lo llevo corriendo a donde estaba su hermano. Al llegar lo soltó y apunto al pelirrojo, explicando con señas como su hermano le hizo sangrar cabeza, el mayor sólo entendió la mitad de la historia.
-Tu hermano está dormido y no puede acariciarte la cabeza – se agacho a su altura e intento calmarla haciendo lo que se supone que Tanjiro haría.
-¡Veinte minutos para media noche! ¡Veinte minutos! ¡Cow! – interrumpió el cuervo a unas bancas de distancia.
ESTÁS LEYENDO
Recuerdos de un Nuevo Futuro
FanfictionMurió en batalla y despertó en un día normal de entrenamiento, poco más de ocho años atrás. Al principio no lo entendía, pero al mirarlo de nuevo dejo de importar lo que había sucedido. Sus ojos volvían a encontrarse con los suyos, y no quería perde...