¿Por qué pasaba esto? ¿Cómo termino así? ¿Qué estaba pasando?
Sabito hablaba con un chico cuyo nombre desconocía, se cobijaba con el haori de su amigo mientras Murata -otro de los chicos que Sabito salvo- ajustaba el vendaje de su cabeza, la cual dolía horriblemente. La sangre escurría sobre su ojo, dificultándole ver.
Lo miro asentir lentamente, su expresión era sería, y eso lo preocupaba.
- Sabi-to – dijo con dificultad, comenzaba a marearse.
- ¡Giyuu! – se acerco apoyándose sobre una rodilla para quedar a su altura - ¿Cómo te sientes?
- Bien... Solo me duele la cabeza.
- Quédate aquí – acaricio su mejilla – Murata te cuidara – sonrió y se alejo rápido. Antes de perder al demonio.
- ¡¿A dónde vas?! ¡Sabito! – fue corriendo tras él.
El mencionado se detuvo a unos pasos y se giro para verlo, Giyuu cayó de rodillas a centímetros de él.
- Giyuu, vuelve con los demás – lo ayudo a levantarse. Pero el pelinegro no lo soltó.
- No vayas, es peligroso – pidió.
- Tengo que hacerlo.
- No, no tienes que hacerlo ¡Nadie te obliga! Mejor volvamos con Urokodaki-san, aun estamos a tiempo.
- En unas horas amanecerá, en cuanto el sol cubra la prisión podrás salir de aquí e ir con Urokodaki-san y Makomo – lo miro – Vuelve a la montaña – pidió discretamente.
- ¿Qué hay de ti? – dijo con pánico - ¿Qué harás tú?
- Me asegurare de que estés bien.
- Por favor Sabito, no lo hagas – insistió – Puedes morir, ambos lo sabemos.
- Giyuu...
- Vámonos, vivamos tranquilamente con Urokodaki-san, él entenderá.
- Giyuu...
- No necesitas enfrentarte a él, ya eres un héroe, salvaste a todos esos chicos.
- Giyuu...
- ¡Quédate conmigo! – grito desesperado - ¡Salgamos de aquí! ¡Ya te arriesgarte demasiado! ¡Eres mi héroe! ¡¿No te basta con eso?!
- Giyuu, escuchame – lo tomo de los cachetes, obligándole a verlo – ¡Vuelve con los demás y vete al amanecer! ¡Olvídate de mí! – exigió.
Los ojos del pelinegro se cristalizaron, pronto sus lágrimas acompañaron las gruesas gotas de la lluvia.
- ¿Por qué...? ¿Por qué haces esto? – pregunto llorando.
Sabito cambio su expresión por unos milisegundos. Suspiro antes de responder.
- Quiero que tengas la vida que Tsutako quiso para ti – dijo con una triste sonrisa y lo abrazo – Me di cuenta que ese deseo nos une a ella y a mí, quiero que vivas.
Las tantas palabras que tenía por decir desaparecieron, dejando solo torpes balbuceos. El de ojos lavanda se separo para mirarlo por última vez.
- Se un buen hombre Giyuu.
Sin darle tiempo a reaccionar se fue en busca del demonio.
- ¡Sabito! ¡ESPERA! – grito con la mano estirada hacia él -... No te vayas...
Murata se acerco y lo sujeto de los hombros, permaneció callado mientras dejaba que el contrario liberara todo su dolor, de vez en cuando daba una caricia en su espalda.
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Recuerdos de un Nuevo Futuro
FanfictionMurió en batalla y despertó en un día normal de entrenamiento, poco más de ocho años atrás. Al principio no lo entendía, pero al mirarlo de nuevo dejo de importar lo que había sucedido. Sus ojos volvían a encontrarse con los suyos, y no quería perde...