El entrenamiento con Tanjiro continúo. Giyuu se limitaba a observar. Ahora mismo Sabito verificaba que el menor haya aprendido lo que Makomo le explico. Tanjiro tenía que atacar al pilar, utilizando las posturas del agua con la mayor precisión posible.
Los pelinegros estaban sentados a una distancia considerable, mirando como los ataques eran fácilmente esquivados, incluso predichos. La de menor estatura estaba recargada en el hombro del contrario mientras le sonreía a su viejo amigo, quien la miraba irritado.
La relación entre Makomo y Sabito era quizás muy burlona, siempre buscando una manera de molestarse, pero también muy cercana, conociendo hasta el más insignificante detalle del contrario. Sabito le confiaba a Makomo lo que no podría decirle a su mejor amigo pelinegro, y era que está enamorado de Giyuu desde hace años.
-Terminemos por hoy, tus movimientos son indecisos y tardas en decidir qué postura utilizar. Intenta corregir eso.
-¡Sí! ¡Me esforzare!
-Esa es la actitud de un hombre – felicito.
La sonrisa del menor se amplio. Sabito se dirigió de regreso a la cabaña, seguido por Giyuu.
Caminaban entre el paisaje de cálidos colores, trastornado por la llegada del otoño, la brisa fresca se paseaba por los alrededores avisando día con día la cercana aparición del invierno. El pelinegro estiro un poco la mano atrapando una hoja anaranjada y la observo como si en ella se ocultara un secreto, la risa de su compañero atrapo sus ojos, divisando solo aquella melena tan otoñal, aparto la mirada apenado.
-¿Volverás con ella?
-Solo la observo, no tienes porque preocuparte – trato de calmar.
-Sí, lo sé pero... ¿No la has observado mucho?
-Es una demonio peculiar, no puedo evitarlo – admitió – Cambiando de tema, Tanjiro es cada vez más bueno, dentro de poco lograra partir la roca.
-¿Eso crees? – detuvo su caminar.
El contrario lo imito unos pasos más adelante, se giro y regreso para quitarle la frágil hoja de otoño y dejarla con cuidado entre las otras caídas, le dio una respuesta afirmativa y lo abrazo sobre los hombros reanudando sus pasos a la cabaña de su infancia.
-Tanjiro ya partió la roca – notifico – Su acompañante asintió con la cabeza – Pronto partirá a la prisión. ¿Nos quedamos hasta que vuelva?
-Tenemos trabajo que hacer.
-No hay misiones pendientes.
-Creo que ya nos quedamos suficiente tiempo – soltó su cabello y sacudió ligeramente la cabeza. Sabito casi suspiro de solo mirar sus hebras moverse en el aire. Giyuu era tan perfecto para sus ojos.
-Como ordenes, nos iremos mañana entonces – acepto.
-Sí – se acomodo en la cama, cobijo sus piernas y las abrazo mientras recargaba la cabeza en sus rodillas - ¿No vienes? – pregunto con una leve sonrisa.
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Recuerdos de un Nuevo Futuro
FanfictionMurió en batalla y despertó en un día normal de entrenamiento, poco más de ocho años atrás. Al principio no lo entendía, pero al mirarlo de nuevo dejo de importar lo que había sucedido. Sus ojos volvían a encontrarse con los suyos, y no quería perde...