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Zenitsu es un acosa mujeres, y aunque quiera no puede negarlo, menos resistirse al delicado sonido de una dama. Pero no hace mucho, gracias a su idiota amigo frentón, conoció una belleza que lo sobrepaso.

Antes no le importaba lo que una linda chica le hiciera, ahora quiere salir corriendo y no volver a verla.

Maldita maldición.

- ¿Quién te dijo que te detuvieras? – pregunto sobre él, con las manos en la cintura.

- Makomo-san, ya no puedo más – se quejo llorando.

- ¿A un demonio le va importar? ¡Claro que no! ¡Levántate del suelo y mueve esas piernas flacuchas! – lo apunto con la katana y la clavo en la tierra, donde hace unos segundos estaba el rubio – ¡Hashibira, no tomes atajos! – se guardo el arma y corrió a seguirlo.

- Está loca – dijo temblando mientras se aferraba más a su protección debilucha.

- Sí, pero te lo ruego Zenitsu... No aprietes tanto – pidió casi sin fuerza.

- Ah, disculpa Tanjiro – lo soltó y le ayudo a recuperar el aire que le quito.

- Gracias – jadeo.

- Oye Tanjiro... ¿Mokomo-san siempre fue así?

- Era mucho más suave cuando me entreno en la montaña.

- Ese era entrenamiento para niños – se metió, haciendo que Zenitsu volviera a colgarse del de aretes – Que te enfrentes a una luna tan rápido no es una buena señal, debes estar listo por si se repite.

- Sabito dijo que fue cuestión de suerte.

- No te confíes – lo apunto con el dedo índice – Quien acabe primero descansara una semana entera.

- ¡Una semana! – no supo de donde saco fuerzas, pero salió corriendo y en segundos alcanzado a Inosuke. Tanjiro suspiro rendido mientras corría tras ellos.

- ¿No lo vez?

- ¿Ver que, Makomo-san?

- La voluntad es nuestro verdadero motor – señalo a los chico de enfrente – Los deseos que impulsan nuestros objetivos y nos dan el coraje para levantarnos y seguir. Fortalece el espíritu.

- Eso intento.

- No lo intentes, hazlo.

Tanjiro cerró los ojos con fuerza y lentamente corrió con más velocidad. Makomo se detuvo y los miro alejarse, esos niños son esplendidos, y ella debe hacer todo lo posible por pulir la espada de cada uno.

Nezuko se asomo desde la ventana y bajo del banquillo para salir del cuarto y explorar. En fin, ya era de noche.

Kanae se retiro en silencio, dejando solos a los dos chicos que tenían los ojos fijos en algún punto, pero perdidos en sus propios pensamientos

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Kanae se retiro en silencio, dejando solos a los dos chicos que tenían los ojos fijos en algún punto, pero perdidos en sus propios pensamientos.

- Giyuu, esto...

Recuerdos de un Nuevo FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora