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-No lo sé Sabito-kun – dijo con una sonrisa mientras observaba a la demonio analizar el entorno – A mi me parece dulce y tranquila, buena chica.

-Lo es – confirmo entrelazando su mano con la de la menor – Nezuko es una buena niña... Pero es difícil.

-Entiendo, tienes miedo – palmeo su espalda – Es normal Sabito-kun.

-Nezuko es buena... - repitió mirando los ojos rosas que lo veían preocupados por su triste semblante –... Debo irme, estoy perdiendo tiempo aquí.

-Sigo en contra, pero no voy a detenerte – cargo a la demonio y la sentó en su regazo, evitando que fuera corriendo tras el pilar – Buena suerte en tu misión Sabito-kun.

-Sí, gracias por todo Kanae.

-¡Mmhm!

-Hasta luego pequeña – se despidió con la mano y salió del cuarto.

Nezuko resoplo varias veces, quería seguir jugando y volver a juntar sus manos. La mayor no evito reír y acaricio su cabeza con ternura. Antes de que comenzaran con otro juego.

Tocaron en la puerta, Kanae concedió el paso y casi enseguida la figura de Giyuu apareció.

-Buenos días Tomioka-kun – saludo – Sabito-kun aun no se ha recuperado, tendrás que seguir esperando.

-Pero ya se va cumplir el mes, a estas alturas debería haber sanado.

-Sí, pero ayer se lastimo entrenando con Zenitsu-kun.

-¿Por qué entrena si no está en condiciones?

-Porque es Sabito.

-... ¿Dónde está?

-Acaba de irse a una misión – sonrió.

-¡¿Lo dejaste ir?! ¡¿Por qué le asignaron una misión?! ¡Está lastimado! – elevo la voz y se inclino hacia delante, asustando un poco a la demonio.

-No me hacía caso, además, sabes bien que podemos tomarnos el tiempo necesario para cumplir las misiones.

Giyuu resoplo con obvia irritación.

Por su lado, Sabito caminaba tranquilamente a la salida de la finca para dirigirse a su misión, sin darse cuenta que lo seguían fijamente con la mirada. Tanjiro apretó los puños y se decidió por seguir al mayor.

-¡Sabito-san! – llamo acercándose. El mencionado dio media vuelta.

-Tanjiro, ¿qué ocurre?

-¿Va de misión? – pregunto casi seguro de la respuesta.

-Así es.

Presiono su labios, indeciso. La conversación que tuvo con Kanae no ha dejado de rondar su cabeza, el rastro del aroma de Giyuu se ha vuelto casi nulo en Sabito, lo que indica que no han tenido contacto en un tiempo, tiene una idea del porqué y no puede evitar sentir un aire de culpa. Lo abrazo, tratando de transmitirle su calor.

-Tenga cuidado, por favor – dijo con los ojos cerrados, aferrándose con un poco más de fuerza al mayor.

-Lo tendré – poso una mano en su espalda, mirándolo con una suave sonrisa. No entendía porque de repente se comportaba así, pero algo le decía que era mejor no preguntar – Nos vemos luego Tanjiro, esfuérzate en el entrenamiento de hoy.

-¡Eso haré! – lo soltó y regreso al interior de la finca hasta que lo vio desaparecer.

-¡Eso haré! – lo soltó y regreso al interior de la finca hasta que lo vio desaparecer

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Recuerdos de un Nuevo FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora