-35-

2.6K 313 106
                                    

Sabito agito la mano de nuevo y lo llamo, pero Giyuu no reaccionaba. Después de otros 10 minutos y con la mente nublada por la preocupación, le dio una bofetada lo suficientemente fuerte para que resonara, aunque trato de reprimir la fuerza de su brazo.

Llevo la mano a su mejilla golpeada y lo miro.

-Giyuu, dime algo – pidió miedoso.

-T-tren... ¿Mugen? – Sabito tardo en darle un sentido a sus palabras.

-Sí, a ese mismo.

-N-no... ¡No puedes ir!

-¿Por qué no?

-¡Es peligroso Sabito!

-Toda misión lo es.

-Sí, pero esta, e-esta lo es más, no sabes lo que te espera ahí – dijo al borde de la desesperación – ¡Kyojuro! ¿Qué hay de él? ¿La misión no era suya?

-No lo sé, Oyakata-sama no me dijo nada de eso – sonrió – Pero puedo preguntarle.

-¡No vayas!

-Debo ir, es mi trabajo Giyuu – lo miro confundido por su repentino cambio de actitud, no era normal que tuviera esos cambios de repente – Visitare la finca de Kyojuro y luego me dirigiré a la estación de trenes.

-Entonces iré contigo.

-Ya mandaron un grupo aparte, lo único que debo hacer es ir, pedir los informes, y matar el demonio – le sonrió intentando calmarlo – Estaré bien Giyuu, volveré y te abrazare el resto del día y noche.

-No lo estás, ¿verdad?

-¿Por qué no?

-Sabito... Sé que estas envenenado y parcialmente ciego – lo miro sin poder evitar que la decepción se asome en sus ojos.

-... ¿Quién te lo dijo?

-Nadie, ni siquiera tú.

-Giyuu...

-¿Por qué no me lo dijiste? – interrumpió con su pregunta – ¿Al menos planeaste decirme?

-Muchas veces, pero siempre te miraba tan feliz y yo... - suspiro – Acababa acobardándome – bajo la mirada.

-Vete.

-¿Qué? – sus ojos abiertos se fijaron en él.

-Vete – se acerco abrazándolo – Abandona la organización, eso es lo que debes hacer.

-Pero Giyuu, no voy a dejarte así – quiso separarse, pero el contrario se lo impidió – Aun tienes pesadillas si yo no estoy contigo para dormir.

-Estaré bien como único pilar mientras tú vivas – alzo el rostro para mirarlo – Además... No tienes que irte de la finca al renunciar, podemos hablarlo con Oyakata-sama.

-Lo mejor es que regrese con Urokodaki-san, me sentiría inútil si me quedo – finalmente cedió al abrazo – Pero no creo que deba, aun puedo pelear un poco más.

-¿Me amas?

-Demasiado, lo sabes.

-¿Entonces porque te aferras a dejarme? – lo miro a los ojos – Dices que quieres cuidarme pero estas muriendo, lentamente te acercas a un punto sin retorno y me condenas a perderte – los labios le temblaron – Te lo he dicho mil veces, no soportare tu muerte.

Sabito se mordió el labio mientras miraba la melena negra azulada pegada a su frio pecho y los puños estrujarle el uniforme, sus oídos lograban escuchar uno que otro débil sollozo. Era por esto que no quería decirle, ante la mínima amenaza de ser separados Giyuu perdía el control de sus emociones y lloraba, aun así, se lo está tomando con más calma de la que imagino.

Recuerdos de un Nuevo FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora