Recuerdos de un Nuevo Futuro

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Golpeo la puerta antes de entrar sin esperar a que la persona dentro de la habitación le dejara pasar, cerró tras ella y dejo la bolsa que cargaba en la cajonera junto a la cama para después vaciarla.

- ¿Paso algo?

- Nada nuevo – lo miro con una arrogante sonrisa – Es rutina que el gran pilar del agua este en cama.

Sabito se mordió la lengua evitando responderle como le gustaría, suspiro y le sonrió de la misma manera.

- Pero estoy sintiendo la muerte cerca contigo visitándome.

- Creí que sería divertido verte con la pierna rota.

- No está rota, simplemente es una lesión de grado menor, puedo andar perfectamente bien.

- Eso no fue lo que Makomo-san y Tomioka-sama me dijeron – termino de servir la bandeja y la dejo en una pequeña mesa portátil frente el mayor – Pasé por el pueblo...nada más – aparto la mirada mientras se sentaba en la silla junto a la cama.

- Gracias – sonrió más sincero, no quería arruinar el momento y evito cualquier burla.

- ¿Cómo terminaste así, oh, gran héroe?

- Me volví a pelear con mi cuervo y me hizo perseguirla porque no me quería dar la carta que me envió Oyakata-sama, olvide que estaba lloviendo y resbale del techo – se llevo el primer bocado a la boca, después de tragar continuo – Iba caer bien, pero no vi un gato negro y lo esquive al último segundo, entonces caí mal.

- ¿Y el gato?

- Está bien, Makomo se llevo al animal y Giyuu se encargo de mí – la menor se cubrió la boca reprimiendo una risa - ¿Qué?

- Makomo-san me dijo que ella cuido a la lindura y Tomioka-sama ayudo al animal.

- No sé qué será de mi si tú y esa se siguen llevando tan bien.

- ¿Por qué peleas con tu cuervo? – ignoro su comentario.

- Es muy celosa, se enojo porque acaricie la cabeza del cuervo de Giyuu y dije que era tierno.

- Ridículo – escupió con rudeza – No son nada profesionales, y se supone que eres pilar.

- Vamos, no me digas que tú nunca has peleado con tu cuervo – la chica negó con la cabeza - ¿Ni por el pan?

- No. Solo hablamos cuando hay misiones.

- Los lazos son importantes.

- No es igual para mí, al final la muerte los romperá.

- Si son lo suficientemente fuertes, esos mismos lazos nos ayudan en el camino de la muerte, mientras al otro lo levanta y guía su camino a un final correcto – miro la mueca de la menor y sonrió sereno – Así lo pienso yo.

- Pues piensas como anciano – se recargo en el respaldo de la silla. Sabito siguió comiendo, al terminar miro a la menor que no dejaba de observarlo.

- ¿Qué?

- Recordé en la primera vez que nos encontramos, te veías imponente y calculador – suspiro – Qué decepción me lleve al conocerte.

- Eres muy dura...

No respondió enseguida, se quedó observando el suelo con la mirada perdida.

- Dudo que lo sepas, pero muchos en la organización están enamorados de ti, hombres y mujeres.

- ¿Tú también? – se fastidio – No deberían esparcir esos rumores, es imposible.

- No son rumores, acéptalo ya. Y es tú culpa – Sabito se apunto con un ademán exagerado y drama en el rostro. La contraria asintió con la cabeza –... Cuando Enmu nos hizo sus sirvientes sabíamos que no había retorno para nosotros, si eso acababa estaríamos solos sin un lugar al que volver, no contábamos ni con nosotros como grupo. Ahora que conocí a todos los pilares estoy segura.