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Lo hizo, acaba de contarlo todo. Ahora las tres personas más importantes que tiene lo miran fijamente y no sabe que es lo que piensan de él o de lo que acaba de decir, probablemente crean que está loco y ahora serán ellos los que lo quieran mandar a un manicomio.

Pasaron otros largos minutos para que Makomo soltara una risa ciertamente forzada y rompiera el silencio.

- Wow Giyuu, esto es... Sorprendente – hablo nerviosa – Y suena irreal.

- Lo sé, pero sentía que debía decirles.

- ¿Dices que todo es como si fuera un sueño? ¿Lo sientes así? – interrogo el hombre mayor.

- Es como si fuera uno, pero yo lo siento muy real.

- ¿O como si lo anterior fuera el verdadero sueño? – esta vez pregunto Makomo – Tal vez una pesadilla.

- Pero fue muy exacto a la realidad.

-... ¿Una premonición? ¿O un aviso? ¿Advertencia? – negó con la cabeza y se sentó al lado del pelinegro – No importa realmente, vivos a muertos te amamos igual, y de ser esa la situación yo sigo confiando en que volverás a sonreír – le tomo las mejillas – Porque pase lo que pase la sonrisa de Giyuu siempre vuelve, tarde o temprano.

- Eres mi alumno, siempre voy a guiarte – poso una mano en su cabeza y lo abrazaron.

Por el momento era lo único que podían hacer. Su vista se nublo y la garganta se le cerró, lo golpearon tantas emociones que el corazón se le encogió, pero sus labios se curvearon en una sonrisa, tenía la sensación que todas las maneras de decir gracias no serían suficientes para expresar su gratitud.

En medio de la emotiva imagen, Sabito se levanto y se disculpo antes de salir de la cabaña, le entro una repentina preocupación por su novio y quiso seguirlo, pero Makomo lo tranquilizo diciendo que quizás necesitaba un poco más de tiempo a solas para razonar tanta información. Después de un buen rato él también salió para tomar algo de aire fresco, algunos metros dentro se encontró con su pareja, aunque es cierto que quería hablar con él, no quería que tuvieran un encuentro tan incomodo.

-... Sabito – llamo miedoso. El contrarío lo miro y le dio una pequeña sonrisa.

- ¿Qué pasa?

- Es... tú es... estás e-enojado... ¿Cierto?

- No, claro que no, ven aquí – extendió el brazo y le rodeo los hombros mientras el pelinegro le abrazaba la cintura – Solamente me tomaste por sorpresa.

- Perdón por ocultarlo tanto tiempo.

- Está bien, no te disculpes.

- Tú... ¿Tú qué opinas?

- Siendo sincero no sé qué pensar – admitió mirando el paisaje – Si esto es realmente un sueño deberías despertar.

- Lo he pensado, pero no sé cómo – lo abrazo con un poco más de fuerza – Y no lo creo, si esto realmente fuera un sueño, Tsutako estaría aquí conmigo.

- Pero si ella está contigo – acaricio la parte del haori color vino – Y ahora conmigo – bromeo. Giyuu rió con suavidad y miro el paisaje que se mostraba desde ahí.

- Yo creo que realmente tuve una segunda oportunidad.

- Respetare tu decisión – se giro y lo estrecho – Pido perdón por todo el sufrimiento que te hice pasar, me doy cuenta de que no era tan fuerte como pensaba.

- Está bien, ahora eres aun más poderoso.

- Ahora muchas cosas toman sentido – confeso al aire. Giyuu lo miro – Sabías más cosas de las que decías... Y por alguna razón siento que sigue siendo así.

Recuerdos de un Nuevo FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora