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Shinobu suspiro dejando los análisis en la mesa mientras su hermana mayor terminaba de revisar al pilar y sonreía claramente feliz.

- No quedo rastro del veneno, estás completamente curado Sabito-kun.

- Y tampoco será necesario que te retires de la organización – le siguió la menor – Puedes seguir con tu vida normal – cedió, pero Sabito notaba sus advertencias en la mirada.

- Gracias a las dos – sonrió sincero – Y perdón por todas las molestias que cause.

- Siempre es un placer – respondió Kanae – Mientras aprendas la lección y...

- ¡Ahora me voy, quiero pescar algunos peces en el río! ¡Adiós! – dijo saliendo.

Kanae se quedo callada, ya estaba perdiendo un poco de paciencia con él, por ende no quería ni voltear a ver a su hermana menor, seguramente ella estaba tan mal como su aura. Y no se equivocaba, Shinobu ya tenía hasta un tic en el ojo y la piel enrojecida.

Makomo se acababa de regresar a la montaña Sagiri, dejando que Kanae y Kyojuro se encargaran de lo demás. Sabito entristeció un poco al saberlo, pues quería hacer mil cosas entretenidas con ella, tal vez haya oportunidad la próxima vez.

- Tu sonrisa no me agrada – dijo deteniendo el andar del pilar.

- ¿Por qué? – desvió su camino para abrazar a su novio, quien regresaba de una reunión con Kagaya.

- Algo tramas.

-... Pesca.

- Lo pensé – se sobo la frente.

- Prometo cuidarme.

Giyuu rió bajo y deposito un beso en los labios de su contrario, que le rodeo la cintura.

- No tienes remedio – comento con una mirada amorosa – Ten cuidado.

- Lo tendré – se despidió con otro beso y camino a la salida.

Tomioka lo vio desaparecer al otro lado del muro y se adentro en la finca, pudiera detenerlo y decirle que se quede a descansar, pero tiene que salir a una misión y bien sabe que Sabito no se quedara quieto.

El cuervo se poso sobre el hombro de su pilar, quien termino de ajustarse la katana a la cintura.

- Vamos – emprendió camino.

No lo reconoció hasta el momento en que llego, la misión en el templo

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No lo reconoció hasta el momento en que llego, la misión en el templo.

- ¡Coww!

Se escucho un estridente grito de ave sobrevolando el área, siendo constantemente golpeado por la gruesa lluvia. El cazador corto la cabeza del demonio y se mantuvo en pie hasta la última ceniza llevada por el aire tormentoso, pero lo cierto es que se sentía a nada de desfallecer.

Otro graznido, está vez más cerca de la superficie, le hizo volver a la realidad y apoyarse de la katana hasta ir a una extraña cueva bajo el templo para refugiar su cuerpo empapado de la lluvia. Kansaburo miro al hombre debilitado y recostado en el suelo, extendió las alas emprendiendo su vuelo al cielo.

Recuerdos de un Nuevo FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora