Capítulo ocho

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-Estas ardiendo.- ¿Qué?- tienes fiebre, Lizzie.- solo miré, me sentí un poco fuera de mí misma.- ¿Por qué no dijiste que estabas enferma? Seguro fue por caminar en la lluvia.- se levantó tomando mi muñeca.- ven, voy a ver qué te puedo dar.-.

Caminamos hasta llegar a lo que parecía un consultorio combinado con una oficina, no me sorprendió que tuviera algo así, después de todo es un doctor.
El lugar tenía una camilla en una esquina, al igual que varios papeles enmarcados adornando el lugar, algunas estanterías y un escritorio de madera a un costado.

-Creo que tenía algo para la fiebre por aquí, siéntate.- hice caso y me senté en la silla frente al escritorio, seguía admirando la habitación.

-Es muy bonito.- veía como buscaba en lo que parecían cajones con medicinas ¿Los vampiros se enferman?- pareces tener muchos reconocimientos.

-Años de estudio.- reí, él en verdad tenía varios años de estudio.- siempre me interesó la medicina, no solo por ayudar a los demás, sino que también la encuentro bastante interesante.

-Como si fuese tu pasión, eso es genial.- al fin había terminado de buscar y se sentó en la silla giratoria detrás del escritorio.

-Sí, así parece.- extendió lo que parecía un jarabe, estaba servido en una pequeña copa, en verdad pequeña.- toma esto, debes comenzar a sentirte mejor.- lo tome y sabía horrible, hice una mueca de desagrado inmediatamente.- creo que no sabe bien.- rió al ver mi expresión.

-Sabe asqueroso.- dejé que pasará el sabor.- ¿Por qué tienes tanto medicamento? Pensé que eran inmortales o algo así ¿O también se enferman?-.

-No, no nos enfermamos, pero nunca se sabe si se ocupará algo en algún momento, como ahora.-.

-Supongo.- baje la mirada y estornude, genial, pensé que ya había pasado.

Cubrí con mi brazo y Carlisle de un segundo a otro ya tenía una caja con pañuelos a mi lado, esto era demasiado vergonzoso ¿No podía escoger otro día para interceptarme?

-Gracias- lo tome, hasta que caí en cuenta.- ¿Cómo hiciste eso?- le cuestioné sorprendida.

-Viene con lo de ser un vampiro, ventajas creo.- cierto, el libro.

-Es verdad, super fuerza y básicamente todos tus sentidos son mejores ¿No?-.

-Sí, todo eso.- sonreí, no sonaba tan mal realmente.

-¿Hay alguna desventaja en todo esto? Sueña como si fuese algún tipo de super héroe.- el rió.

-Ademas del deseo constante de asesinar, no creo estar cerca de ser un héroe, Liz.- desvíe nuevamente mi mirada, me sentí estúpida.

-Perdón.- sentí el ambiente algo incómodo.

-¿Quieres dar un recorrido?- irrumpió el silencio, solo asentí, era una casa enorme y bonita, claro que quería verla.

Me levanté de la silla y el abrió la puerta, permitiendo me pasar primero, sonreí y comenzamos a recorrer el lugar, todo estaba en su lugar, como si nunca lo tocaran, a parte de que estaba impecable, algunos cuadros me parecían un poco escalofriantes pero aún así admiraba el alrededor, nos detuvimos en una pintura enorme, eran tres hombres vestidos extravagantemente y divisé a Carlisle al fondo.

-¿Eres tú?- abrí los ojos emocionada, se veía realmente bien y aunque no estaba tan extravagante como los otros tres, parecía alguien de la realeza. Él asintió.- ¿Quienes son los otros hombres?

-Son los Volturi, algo así como la realeza entre vampiros, hacen valer las reglas y mantienen el orden.- seguía embobada viendo al Carlisle de la pintura.- no tienen respeto por los humanos realmente y han vivido miles de años.-.

𝗙𝗮𝗹𝗹𝗶𝗻𝗴 𝗳𝗼𝗿 𝘆𝗼𝘂 | 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐢𝐬𝐥𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora