Capítulo cuarenta y uno

6.2K 582 58
                                    

Capitulo cuarenta y uno: planes.

—Hasta la próxima, Elizabeth.— habló antes de pegar sus alas a mi pecho, haciéndome perder equilibrio.

Y así comencé a caer estrepitosamente.

Desperté agitada, cómo cada mañana que lo veía. No entendía por qué seguía viéndome en sueños cuando ya se había mostrado frente a mi aquella vez en el bosque.
Pero debido al nivel de extrañeza general en todo este embrollo, realmente no me importaba mucho.

En realidad, cada vez más disfrutaba de mis sueños extraños y los lugares que Dakaar me mostraba, los veía más como viajes, un pequeño escape del caos que es mi vida.

Pero al abrir los ojos, no podía evitar decepcionarme de la realidad en la que me encontraba, mis mañanas desde el regreso de los Cullen, se sentían malhumoradas, mi día en si, se sentía frustrante.
Mi estado emocional había empeorado desde que me volví a topar a Carlisle cuando Bella regresó de Italia y aunque sabía el porque, aún no estaba lista para admitirlo.

[...]

Entonces, finalmente parece que todo va normal.— habló Anne, apenas habíamos llegado al comedor con nuestros demás amigos.— Incluso tus amigos, los Cullen, se llevan bien con los demás.

— Ajá.— contesté sin mucho interés.

— ¿Ex amigos?— preguntó Karl.

— Solo no es lo mismo.

— O solo quieres evitar a su padre.— dijo Brie alzando las cejas.

— También.— le contesté.

— Te ves más afectada que cuando se fueron, Liz. Pensé que estarías bien con ellos, pero ni los volteas a ver.

— Solo no tengo ganas, saben que ni siquiera me agrada del todo el grupito de mi hermana, sumándole a Alice y Jasper que parece ser que lo único que quieren es que me tope a Carlisle, menos.

Ví como Alice me miró de reojo.
Sabía que no era su culpa y que si ella insistía tanto es por una razón, pero quisiera solo alejarme de todo el drama vampiro un tiempo más, estaba bastante tranquila antes de que regresaran y quisiera que siga así.

Ahora quién me miró fue Edward.
Solo rodé los ojos cansada, no se puede ni pensar agusto.
Y él rió.

— Bueno, no tienes que agobiarte con tu drama amoroso si no quieres, puedes distraerte en la fiesta de este fin de semana.— sonrió Sarah, emocionada.

Hice una mueca, no tenía ganas de asistir.

— No puedes faltar, recuerda que es por parte de las animadoras para celebrar la última victoria del equipo.

— Sí, bueno, les tengo que decir que me saldré del grupo.— dije con simpleza.

— Buen intento, irás.

— No pueden obligarme a ir.— repliqué, pero Anne me miró fijamente.— Bueno, está bien.

Sonrió convencida y tomó una de las zanahorias de mi plato.

No tenía tiempo para nada de esto, mi vida se sentía dispersa y lo único que parece importar es seguir pretendiendo que todo en mi vida va normal.
Pero la realidad es que cada hora que pasaba, me sentía más lejos de alcanzar esa normalidad y de solo convertirme en una hermitaña amargada que se confinará en la profundidad del bosque.

Que sueño, ¿no?

Solo alejarme de todos y todo, dejar de sentir estas punzadas y mejor sentir que todo fluye bien.

𝗙𝗮𝗹𝗹𝗶𝗻𝗴 𝗳𝗼𝗿 𝘆𝗼𝘂 | 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐢𝐬𝐥𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora