Capítulo cuarenta y dos

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Capítulo cuarenta y dos: bueno o bueno.

El camino estaba algo escabroso por la reciente lluvia, lodo por doquier al igual que algunas ramas en el camino.
Una suerte que Karl fuera un conductor prudente.

Me aferraba a su abdomen mientras sentía el viento chocar con mi cuerpo, realmente amaba sentir la ventisca helada cuando olía a tierra mojada.

Al cabo de unos minutos llegamos a la reserva, bajé y sentí como mis tenis se ensuciaban de lodo, no me importó, cuanto más sucio se ve un converse, más genial es.
Me quité el casco y lo puse en la motocicleta de mi amigo, el hizo lo mismo.

— El camino está algo peligroso, hay que irnos antes del anochecer.— habló viéndome.

— Sí, ¿Me pasas a buscar?

— Claro, te veo en la casa de Sam.

Se acercó a dejar un beso en mi mejilla como despedida, así él tomó camino mientras Sam Uley se acercaba a mí.

— Hoy luces bien, ese semblante maníaco no te quedaba.— reí.

— Tan halagador que eres.

— Vamos, mi chica está entusiasmada de finalmente conocer a la niña mágica del bosque.— dijo tomando camino.

— Si fuera mágica, claro.— le contesté siguiéndole el paso, aunque yo ya sabía que sabían.

— Sabemos que lo eres, no te preocupes, intentaremos que el interrogatorio sea ameno.

Reí a su comentario, realmente sin sorpresa.

— Saben ser discretos ¿Verdad?

— Nuestra mayor cualidad, considerando que nos transformamos en lobos de dos metros.

[...]

—Podria comer quinientos de estos.— dije dando otro bocado al panqué de moras que Emily me había ofrecido como postre.— Emily, eres una maravilla.

Ella rió por lo bajo al tomar asiento frente a mí.

— Me alegra que te gusten, no siempre tengo la oportunidad de hablar con otras chicas.— dije tomando una de sus deliciosas creaciones.— Por eso insistí en que vinieras a comer hoy.

— Y me alegro de eso.— le sonreí con la boca llena.

— Por cierto, Sam mencionó que también tenías magia, como ellos.

— Es un asunto complicado.— hice una mueca.— Cuando conocí a Sam lo ví en su forma lobuna para después ser un humano y llevarse a mi hermana.

Ella me vió curiosa, no sé cómo le haya contado Sam su versión, pero seguramente la mía sonará más normal.

— Me asusté de que se llevará a mi hermana un posible Nahual ¿No? ¿Has escuchado de ellos? Esos extraños seres que se transforman en animales y humanos, bueno, no viene al caso, pero, una cosa llevo a la otra e hice crecer raíces del suelo para detenerlo, ni siquiera sabía que yo lo había hecho, pero después aclaró la situación y llevamos a mi hermana.

Dí un sorbo del té que tenía a un lado para pasarme mejor el panqué que había comido.

— Después vine a la reserva y hablé con él y otro señor que no recuerdo el nombre, dijo que había sido coincidencia por qué no había nada mágico ni especial en mí, pero recae en él porque ¡Sorpresa! Claro que soy mágica.— mordí mi lengua al final de mi pequeña y poco explicada narración, quizá no debería contarle a una extraña esto.

Bella me asesinara al saber que ella no fue la primera en enterarse, pero tampoco tiene que saber esto.

— De niña leí leyendas sobre mujeres que danzaban desnudas a la luz de la luna haciendo rituales en medio de los árboles, decían que eran peligrosas y si te topabas con ellas no saldrías con vida, pero no pareces de ellas.— mencionó ahora ella.

𝗙𝗮𝗹𝗹𝗶𝗻𝗴 𝗳𝗼𝗿 𝘆𝗼𝘂 | 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐢𝐬𝐥𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora