Capitulo cuarenta y seis

1.3K 122 19
                                    

Capitulo cuarenta y seis: los gatos también se besan.

¡Te dije que no! Los gatos naranjas tienen personalidad distinta a los gatos negros, son... literalmente polos opuestos.- dije balbuceando, estaba ebria, bastante ebria.

Discutía con Emmett quien decía que los gatos no tenían personalidad por su color, pero Dios Santo, ¡Claro que la tenían!

Estás loca, claro que no.— Emmett se veía tranquilo al respecto, pero para mí está era una prueba campal sobre como demostrar que tenía razón.

¡Adoptaré un gato y verás!— le repliqué con molestia.

Jasper rió al igual que Rosalie, mientras el gran pelinegro me veía burlonamente.

Claro... Si es que no me lo como primero.— habló tan sinicamente que casi le saltó encima con toda mi rabia.

Aún así, antes de que pudiera "atacarlo" (que claro que apenas y le haría cosquillas si lo intento.) una mano se posó en mi hombro evitando que caminará un centímetro siquiera.

Estaba lista para sacar bronca a aquella mano cuando veo el rostro de un muy divertido Carlisle, un tinte de burla en su sonrisa mientras sentía como cada vez me hacía más chiquita en vergüenza.

Carlisle...— le dije con pena, retomando la poca compostura que me quedaba.

Lo mire con mis mejillas sonrojadas por el alcohol y aunque mi vista se nublaba por ratos, podría jurar distinguir cada milímetro de su precioso rostro, incluso podría recordar esa barbilla afilada que me fascina con tanta intensidad por la eternidad.

Él rió nuevamente, casi lo sentía como burla, pero sé que jamás se burlaría de mi.

Creo que no es buena idea, Emmett no podría con tu ataque.— habló con su profunda voz, me sentía cada vez más encantada.

Los demás parecieron tomar la indirecta del momento y entre pequeñas risas se fueron del lugar, dejándonos solos, a mi avergonzada y un tanto muy ebria, y a él con la oportunidad de finalmente estar a solas conmigo (algo que no me permitiría sobria).

Mentiría si dijera que no me sentía nerviosa o el corazón latiendo a mil por hora solo por estar cerca de Carlisle, aún así intentaba no demostrarlo, incluso al borde de caer de ebria.

Parece que te emocionaste con las bebidas... ¿Esto es vodka?— dijo acercándose a la botella que estaba menos de la mitad.

No recuerdo.— dije con una leve risa.— Es injusto que los vampiros no puedan emborracharse y tenga que ser la única así.

Escuchar su risa era un deleite, me sentía especialmente atraída a él esta noche, increíblemente atraída.

Quizá deberías dejar de embriagarte, así no te sientes en medio de una injusticia.— dijo apartando mi vaso medio vacío de mi mano, a lo cual solo sonreí y lo ví fijamente.— Te ves mejor.

Recordé lo desgastado y mal que se veía en días anteriores, ahora lucía igual de guapo que siempre, más guapo que cualquier estrella de cine.
Y supongo que yo me veía menos apagada también.

Gracias.— sonreí de nuevo, volteando a otra parte.

Pero el tomó mi menton, obligandome a verlo nuevamente. No podía negarme, algo en él me hacía sentir más ebria de lo que estaba.

Ví como sus labios se movían pero no lograba entender nada, solo reí ante lo que decía, incluso si no entendía. De un momento a otro no pude enfocarme en nada más que sus labios, tanto que no aguanté el impulso de ignorar todo lo que decía y besarlo, me recargue en su pecho para poder profundizarlo y aunque al inicio no me correspondió, eventualmente lo hizo y senti como me derretía en él.

Él me acerco tomándome por la cintura, sentí como me desequilibre y casi quedo colgada completamente de él, literal y metafóricamente.

Su mano derecha se mantuvo en mi cintura, sosteniendome mientras que la izquierda recorría desde mi nuca hasta mi espalda, haciéndome sentir aún más pequeña ante él.

Dentro de mí poca lucidez me di cuenta de lo mucho que extrañaba sus brazos, sus labios y sobre todo su cercanía.

𝗙𝗮𝗹𝗹𝗶𝗻𝗴 𝗳𝗼𝗿 𝘆𝗼𝘂 | 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐢𝐬𝐥𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora