Capítulo treinta y ocho

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Capítulo treinta y ocho: ¿Lo vas a perdonar?

Desperté tarde a la mañana siguiente, dormí tanto que no sabía que hora podía ser siquiera.
Anne ya estaba despierta, la escuchaba en la planta de abajo. Así que baje buscándola.

—Buenos días bella durmiente.

— Buenos días.— dije junto a un bostezo.

Me senté en una de las sillas acolchonadas de su barra y ví como colocaba un plato con dos waffles y un smoothie frente a mi.

—Hice de almorzar, come algo y ahorita revisas tu celular por qué ha estado sonando mucho.

— ¿Crees que sea Bella? ¿Ya habrán llegado? — dije con un bostezo.

— No creo que hayan llegado, ya ha pasado un buen rato pero no tanto para que hayan vuelto de Italia. Se fueron ayer en la tarde y apenas dará el medio día.

— Entonces deben ser noticias, revisaré de una vez.— dije ignorando la recomendación de Anne sobre comer primero y fui corriendo hacia mi celular que había dejado en la sala la noche anterior.

Tenía 2 llamadas perdidas de Charlie de hace poco rato y 3 de Bella junto a unos mensajes, solo se veía visible uno que decía "ya moriste? o solo estás hibernando?", tan linda mi hermanita.

Le devolví la llamada a mi hermana primero, pues me era prioridad como había resultado todo.

—¿Bueno?— dije poniendo el alta voz y regresando a la cocina con Anne.

— ¡Finalmente! Pude haber muerto y te estarías enterando hasta ahora.— exclamó dramáticamente.

— Pero no estás muerta.— le contesté.

— Gracias por la preocupación, entonces.

— Sabes que estaba preocupada.

— Se notó.

— Isabella...— dije en tono de molestia.

— Solo iba a decirte que llegaremos en la noche, pasaré a la casa y de ahí tenemos que hablar con la familia de Edward.

—¿Tenemos?— le cuestioné.

— Tienes que estar ahí. Edward y yo tenemos algo que decirles y es importante que tú estés.

—¿Por qué lo sería? Yo no quiero regresar a esa casa.

— Es importante por qué soy tu hermana mayor y te lo estoy diciendo.— habló de forma autoritaria, algo que nunca hacía.

— Cómo sea, solo márcame cuando ya estés por llegar a casa, debemos entrar juntas por si papá está ahí. Piensa que hicimos una pijamada en casa de Anne.

— Sí, está bien. Ya subiremos al avión, adios Liz.— se despidió y cortó.

Deje el celular de lado y volví a la mesa para comer. Luego le hablaría a papá, si se dió cuenta que mentimos prefiero que me regañe y castigue después de haber comido algo.

—¿Tu hermana habrá perdonado al vampiro?— preguntó Anne.

—Probablemente, no dudó en correr a salvarlo en cuanto Alice le dijo, así que es posible que la sensación de casi perderlo por culpa de acciones que ella tomó siendo imprudente, le hará más fácil olvidar todo lo demás que él hizo.— obvié la situación.

Ella asintió y se quedó pensando un momento.

—¿Vas a perdonar a Carlisle?

— No sé, no quiero si soy honesta.— mastiqué un poco más mi comida y pensé.— pero cuando lo veo me es casi imposible resistirme a él, es como si lo necesitara.

— ¿Entonces si es tu compañero?

— Tú lo eres.

— Sabes a lo que me refiero, además lo nuestro es diferente al lazo que podrías tener con Carlisle.

— Yo no lo sé, veo a Bella y lo que sufrió por Edward, pero yo no me sentí así.— dí otro bocado.— no mentiré, me sentía de la mierda, pero me fue fácil aparentar que no estaba así.

— Es extraño tu asunto con él. Estás en extremos opuestos.

— No quiero verlo hoy. No quiero ir a esa casa.

— Ayer cuando llegamos dijiste que te agradó ver a los demás, ellos hicieron lo mismo pero actuaste cómo si nada.

— Era solo el momento, iba a darles una terrible noticia, no podía mostrarme molesta y a parte decirles que su hermano e hijo, estaba en peligro de muerte.

— Eso es lo que dices, me suena más a excusa.— le mire mal.— Vamos, digo, realmente te cuesta estar molesta con la gente por mucho tiempo y no está mal, avanzaste y superaste en su mayor parte ese suceso.

—No sé, es solo que los chicos y Esme no tienen la culpa de las decisiones que tomaron Edward y Carlisle. Ellos no tenían compromiso con mi hermana y ellos no me rompieron el corazón a mí. Me sentí mal pero realmente en perspectiva, no importa mucho ya.

No hablamos más y yo comí lo que restaba del plato rápidamente, comencé a lavar lo que usé después de terminar.
Sentí el agua helada de la llave y eso me recordó a que debo bañarme, aunque no quería.

—¿Sabes? Entonces si tienes que ver a tu ex o lo que sea, realmente debes verte bien. Debe ver tu mejor versión hoy.

Sonreí divertida a su cambio tan determinado.

— Eso supongo.



𝗙𝗮𝗹𝗹𝗶𝗻𝗴 𝗳𝗼𝗿 𝘆𝗼𝘂 | 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐢𝐬𝐥𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora