Capitulo cuarenta y cuatro

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Capitulo cuarenta y cuatro: te necesito.

La lluvia era torrencial, de un momento a otro la lluvia ligera con la que comencé mi camino había cambiado a una fuerte tormenta, que casi se volvía peligroso manejar.
Carlisle sabía manejar incluso en estas circunstancias, pero los accidentes no siempre dependían de las habilidades del conductor, menos cuando la neblina era tanta y la lluvia se hacía cada vez más pesada.

— Carlisle.— le dije en un tono algo nervioso.

— Pararemos en esa esquina, no te preocupes.— él ya sabía que diría, así que se estacionó inmediatamente.

Le mandé un mensaje a Charlie, avisando que llegaría más tarde porque la lluvia me retrasó.
Recibí solo un "con cuidado" de respuesta y bloquee el celular.

Veía por la ventana como las gotas empapaban el vidrio, comencé a sentir frío y Carlisle lo notó, así que encendió la calefacción. Aún no lo veía directamente a su rostro y aunque una parte de mi solo quería perderse en su mirada color ámbar, mi orgullo no me permitía hacer más que quedarme callada y evitarlo.

— Lizzy.— habló en un tono calmado.

— Elizabeth para usted, doctor.— y el soltó una pequeña risa.

— Señorita Elizabeth.— se corrigió.— ¿Crees que podamos hablar ahora?

Yo no respondí, solo veía la ventana.

— Bueno, el silencio otorga.— yo rodee los ojos aún sin verlo y sin hablar.— Yo, realmente no espero que me perdones, se que sería pedirte demasiado.

— Al menos eres conciente de eso.— murmuré con una risa agria.

— Pero una oportunidad, realmente te puedo demostrar que mis acciones fueron un error y que todo lo que pasamos fué real.— solo rodee los ojos de nuevo.— Porfavor, Elizabeth. Sé que me equivoqué al dejarte así, y no podría seguir sabiendo que te he perdido por una estupidez mía.

Finalmente le regresé la mirada, mi sentimiento era amargo y sabía que mis ojos lo reflejaban.

—No te entiendo, realmente no lo hago.— le contesté.— Primero dices que todo fue un simple juego y después vienes y dices que fué real.

Mi tono de voz era obviamente molesto, yo estaba muy enojada, a pesar de las ganas que tenía de besarlo y que el me sostuviera en sus brazos.
El movió uno de los mechones de cabello que tenía en el rostro y tocó mi mejilla con delicadeza.

— Carlisle.— le dije en un tono más calmado.— Me lastimaste.— le dije con sinceridad.— Realmente me lastimaste y yo no soy Isabella, yo no puedo perdonar eso tan fácilmente.

Su expresión se volvió con tintes tristes y un tanto sombría, pero la calma seguía en él.

— Es algo de lo que me arrepentiré por siempre, pero no quiero que pienses que yo la pasé bien, me siento miserable cada día que no estás a mi lado.— Me veía con seriedad.— te necesito, Elizabeth.

Mi mirada se suavizó ante sus palabras pero aún así no cedí.

— Son solo palabras, Carlisle.

La lluvia parecía comenzar a calmarse.

— Te extraño, no te pido que me des un perdón o que actúes como si nada. Solo que me dejes demostrarte que puedo estar para ti de nuevo, lo mucho que significas para mí.— su mirada era suave, casi suplicante.— Déjame ganar tu corazón una vez más.

Mi mirada ya no tenia un ceño molesto, en realidad sus palabras habían hecho que mis sentimientos se suavizaran, mi enojo se disipó un poco.
Pero aún así lo ignoré.

— La lluvia ha parado ya.— le dije cambiando el tema, y el solo volvió a arrancar hasta dejarme en mi casa, sin decir una palabra.

Se estacionó justo en frente y me miró una vez más, con su mirada amable y sonrisa perfecta.

— Tendré tu corazón, Lizzy. Te tendré de nuevo.— su sonrisa era confiada y sus ojos demostraban determinación.

Él se bajó a abrirme la puerta y yo tomé mis cosas para bajarme.

— Gracias por traerme, doctor.— le contesté, con una ligera sonrisa, que parecía más una mueca.

Entre a mi casa sin mirarlo de nuevo, viendo que papá no estaba y tenía toda la tarde para mí sola.

𝗙𝗮𝗹𝗹𝗶𝗻𝗴 𝗳𝗼𝗿 𝘆𝗼𝘂 | 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐢𝐬𝐥𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora