Capítulo veinticuatro

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"¿Que eres?"

Mis pies descalzos podían sentir la suavidad de la arena por la que caminaba mientras esta se aferraba a mis dedos con cada paso, con los segundos pasando y viendo alrededor averigüe que no era del tipo común, tenía un tono oscuro que la hacía parecer ceniza y por lo tanto comencé a dudar de si era arena realmente.

La incertidumbre se hacía mayor con la presencia de las olas que azotaban las grandes rocas que parecían estar muy cerca de la orilla impidiéndole llegar del todo, el mar tenía un color rojo intenso y bien se podría decir que estaba bravo.

—Sería más sencillo si no cambiarás de lugar en cada sueño, pienso que cada vez son más peligrosos.— hable al aire, pero sabiendo que era bien escuchada.

—¿Que tan aburrida tienes que ser para querer soñar lo mismo?— habló la voz que comenzaba a ser familiar.

—Si los lugares fueran jardines rebosantes de tranquilidad otra cosa sería, pero me traes a una playa de pinta espeluznante.

—Eso es solo tu percepción, a mí me parece un lugar de lo más pintoresco.— hablo posando su vista en el mar, estaba segura que había suspirado mientras lo hacía.

Le ví fijamente, pensando en lo transtornado que debe estar para pensar que un lugar así es agradable.

—Ese es mi punto en realidad, la percepción y perspectiva, lo que a ti te parece espeluznante a mí me parece agradable.

—Pensé que contestarias una de mis preguntas, eso dijiste la última vez.

—Y eso hago.— el ave se acercó a mí y me miró curiosamente.— Por que eso soy, no te lo puedo decir claramente, podrías pensar que soy un ente aterrador que te trae a lugares nefastos para hablar de conceptos que tu pequeña mente no te permite entender o bien, puedo ser un guía que utiliza este espacio temporal para instruirte a un camino para el cual estás destinada.

—¿Entonces eres alguno de esos?

—¿Para ti soy alguno de esos?

—Para mi eres un pájaro parlanchín.

—Entonces soy un ser en forma de ave que utiliza tu energía para poder enseñarte.

—¿Me estás robando energía?— le miré de forma acusadora.— Además, lo único que he aprendido es que me estoy volviendo loca, no sé si estos sueños los ha inventado mi mente o si verdaderamente están sucediendo.

—Es parte de tu crecimiento.— respondió y ya no hablé.— cuando aprendas a diferencias tu realidad de lo inexistente, podrás avanzar y también podrás definir que soy para tí.


Capítulo veinticuatro: Asimilando la ventisca del verano.

Me levanté de repente pero con el cuerpo totalmente adormecido, como era costumbre cada que soñaba con esa ave.

No quise meditar lo que había dicho y solo me levanté para ir a ducharme.
Ví mi reflejo en el espejo. Anoche solo dormí una hora y eso hizo que mi rostro se viera cansado, todo mi semblante parecía cansado en realidad.
A los treinta minutos baje, viendo cómo Bella aún no salía de su habitación, no quería entrometerme pues entendía lo que sentía, la sensación de ardor al interior del pecho, los pensamientos nublados y la necesidad de estar a lado de cierto individuo.
Pero de no ser por la adrenalina de los cambios y mi búsqueda por respuestas estaría en encerrada igual a ella.

𝗙𝗮𝗹𝗹𝗶𝗻𝗴 𝗳𝗼𝗿 𝘆𝗼𝘂 | 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐢𝐬𝐥𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora