Capítulo veintisiete

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Capítulo veintisiete: La nueva animadora.

Habían pasado exactamente un mes desde la partida de los Cullen.
Bella seguía igual de deprimida, aunque al menos comía para sobrevivir.
No había soñado con aquel pájaro y cosas extrañas no me habían pasado.
Y yo aún me rehusaba a aceptar mi dolor.

Me volví adicta a participar en todo lo que me mantenía ocupada.
No todas fueron buenas decisiones, claro.
Ahora tengo que levantarme a las siete de la mañana para practicar como deletrear el nombre de el equipo de basketball y volleyball.

—Me alegras los sábados, Lizzie.— sonreí al ver a Anne.

—Al menos una de las dos está alegre.— reí entrando a su carro y reclinando el asiento.

—No, no, no.— dijo moviéndose hacia mi para volver a enderezar el asiento.— Debes acostumbrarte.

—Pero me dejaste los otros días.— me quejé.

—Ya no.— sentenció y se puso en marcha.

Al llegar al gimnasio las otras chicas ya estaban en la entrada, con el uniforme de práctica y hablando bastante animadas.

Anne tenía la llave de este, por ser la capitana.

—¡Buenos días, chicas!— saludamos ambas, pero Anne con más energía que yo.

—¡Hey! Hoy te ves mejor que los otros días.— comentó una rubia bajita, su nombre era Lila.

—Sí, te ves menos zombie.— le aseguró otra.

—Es porque Anne no me dejó dormir en su carro, estoy más despierta.

Ambas rieron y procedimos a entrar a la práctica.

No odiaba del todo esto, en realidad no lo odiaba para nada.
Y mi experiencia como bailarina me sirve para esto, quizá nunca vuelva a bailar, pero ahora puedo aprovechar la flexibilidad que obtuve gracias a eso.
Simplemente debía adaptarme.

[...]

—Estoy hambrienta.— le dije a mi amiga tirandome en el piso del gimnasio.— Hambre, hambre, hambre, tengo mucha hambre.

—No quisiste desayunar nada. Te dije que lo hicieras pero siempre me ignoras.

—En las mañanas me da asco la comida, pero ya son las once, casi es la tarde y me tienes aquí completamente famelica.

Ella rodó los ojos y rió.

—Eres muy dramática ¿No crees?

El equipo ya se había ido, solo estábamos nosotras dos en todo el lugar, teníamos q irnos pero no tenía intenciones de levantarme, y Anne no tenía intenciones de apresurarme.
Y más bien, se recostó a mi lado.

—El suelo está helado, Liz.— se quejó ya que estaba acostada.

—Lo sé. Me gusta lo frío.— suspiré al techo y voltee hacia Anne. Ella ya me veía.

—¿Estás libre hoy?

—Siempre estoy libre para tí.— dije guiñándole un ojo.

Ella rió.

—Sobre todo ahora que Cullen no está ¿Verdad?

—¿Que quieres que hagamos hoy?— pregunté ignorando su comentario.

—Vamos de compras y pasemos la tarde en tu casa.— la ví con curiosidad, ella siempre prefería que fuéramos a su casa.— Mis padres están de viaje y no tengo ánimos de sentir el silencio del lugar.

Le sonreí y me levanté, me puse frente a ella y tomó mi mano para también levantarse.
Me alegraba que ella quisiera salir hoy, mi plan era cocinar hasta cansarme y tener una excusa de ocuparme todo el día, pero sin dudas ir de comprar y pasar la tarde con mi mejor amiga era una mucho mejor opción.

Ambas salimos del gimnasio y subimos a su carro, con dirección a Port Angeles.
Pasamos la mitad de la tarde ahí, viendo ropa, accesorios, maquillaje, libros o dvds que podíamos comprar.
Al final pasamos por algo de comida para llevar y tomamos rumbo a mi casa.

—¡Bella te traje comida!— grité sin respuesta, como era usual.— Ponte cómoda, ahorita bajo.— le dije a Anne y procedí a subir las escaleras con la ensalada que le había comprado a mi hermana.

Sin tocar su puerta, entré.
Por primera vez no la ví sentada viendo a su ventana, sino en su cama viendo una foto de ella y Edward el día de su cumpleaños.
Su rostro era serio e inexpresivo.

Suspiré y dejé el pedido en su mesa de noche.

—No puedes seguir así más tiempo, Bells.— le dije sentandome en la orilla.—Sé que lo extrañas y que todo es diferente, pero te estás desgastando en alguien que no vale la pena.

Ella no habló al inicio pero cuando estaba por salir me dijo.

—Al menos estoy enfrentando mis sentimientos, quizás si hicieras lo mismo entenderías como es esto.

La miré pero no dije nada, simplemente cerré la puerta.
Mordí mi lengua e ignoré sus palabras.
¿Que tenía de malo evadir la situación?
¿Era mejor sentarme en mi ventana todo el día sin prospectos?
Al menos me estaba levantando y haciendo cosas, he avanzado más en mi vida personal ahora, es algo bueno.
Bella no sabe de lo que habla, por eso es mejor no prestarle atención.

—¿Todo en orden?

Ví a Anne asomándose por las escaleras.

—Sí, ya voy.

Bajé y ambas nos dirigimos a la sala, tomamos nuestra comida y pusimos friends en la televisión.

—Lo mejor que pudiste haberme mostrado es esta serie, en verdad es mi favorita.

Sonreí a sus palabras, me alegraba mostrarle a los demás algo tan bueno como lo es esta serie y que la sepan apreciar.

—¿Quien te gusta más?

—Tú.— dijo viéndome a los ojos, para después soltarse a reír.— Sin duda mi favorito es Chandler.

—¡Dios! Lo sé. Es el mejor personaje, hace tan buena pareja con Mónica.

—Sí, aunque a veces me desespera lo energética que es.

—Mira quién dice, señorita "tienes que acostumbrarte"— reí y ella igual.

Pasamos la tarde platicando y viendo la televisión, incluso hicimos unas galletas, pero al dar las diez y treinta sabíamos que ya era hora de que regresara.

—¿Liz?— habló antes de abrir la puerta.

—¿Que pasa? ¿Olvidaste algo?

—¿Puedo quedarme contigo hoy?

Había notado que su actitud era un poco más apegada de lo usual, pero amaba pasar tiempo con ella, como si estando a su lado no se me cruzará por la mente mis preocupaciones, tenía una escencia que me relajaba.
Así que yo estaba más que contenta de que quisiera quedarse más tiempo.

—Puedes quedarte conmigo todo lo que quieras.— le sonreí y ella a mí.

Aún así le preguntaría por qué no quería ir a su casa hoy, no creo que solo sea el abrumador silencio de su hogar, debía haber algo más.

𝗙𝗮𝗹𝗹𝗶𝗻𝗴 𝗳𝗼𝗿 𝘆𝗼𝘂 | 𝐂𝐚𝐫𝐥𝐢𝐬𝐥𝐞 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora