C A P Í T U L O 43

1.2K 110 3
                                    


Madelaine Petsch.

Quien aseguraría que una escapada en la madrugada con tu pareja sería tan perfecta.

Ya se acabaron los días en Boston, ahora estamos en el aeropuerto de New Orleans, estamos un poco cansadas.

No sabemos nada de los medios, pues nuestros celulares han permanecido apagados, nos borramos del mapa prácticamente.

Sé que cuando volvamos a LA todo va a estar hecho una locura.

______ viene a mi lado, sonriendo mientras salimos del aeropuerto, antes de subirnos a la camioneta que rentamos vario fans nos interceptan.

—¡Hey!—ambas saludamos.

Nos sacamos varias fotos con algunos de ellos y luego subimos al auto directo al hotel.

Debo admitir que en el trayecto de él aeropuerto al hotel lo poco que he visto de esta ciudad me ha encantado.

-

—¿Ya estas lista?—pregunta con desesperación.

—Eres irritante—habló mientras rodeo los ojos.

—Tardas siglos en arreglarte—mencionó.

—No exageres—comento con burla agarrando mi bolso,—Vamos, se nos hará tarde.

Ambas salimos del hotel, vamos camino a una galería de arte de la cual nos dimos cuenta que quedaba cerca de donde nos estamos hospedando.

Después de quince minutos caminando llegamos, nos adentramos al lugar a ver cada obra con una sonrisa en el rostro.

_______ y yo nos reíamos de algunos malos chistes que ambas hacíamos, hasta que llegó la hora de irnos.

Salimos del lugar, según íbamos a comer algo para luego regresar al hotel pero la lluvia empezó a caer.

Así que aquí nos encontramos en medio de la calle totalmente empapadas y sonriendo como tontas.

—¿Quieres bailar?—comento estirando su brazo.

Entre cerre mis ojos—¿Es en serio?

—Sí, ¿Qué hay de malo?

—Esta lloviendo—hable con obviedad.

Ella se encogió de hombros restandole importancia,  yo suspiré mientras reía y tomaba su mano.

______ me pego junto a ella y comenzamos a bailar, era lento, era como si el mundo se detuviera. Solo existiamos ella y yo.

Me hubiera encantado quedarme ahí, porque no sabía todo lo que vendría después.

—Eres mi mundo, Madelaine Petsch y amarte me vuelve loca—su sonrisa se ancho, sus ojos diferentes penetraban los míos.

—No sabía que podías llegar a ser tan cursi—bromee.

—Puedo serlo si tengo la inspiración perfecta.

Me acerque a su rostro y en segundos nos hundimos en un beso, uno lento pero cargado de emociones.

Así que aquí estamos, dos chicas jodidamente enamoradas bailando bajo la lluvia.

-

Llegamos a la suite completamente empapadas y riendo como locas, nuestros vestidos se pegaban a nuestra piel y fue un tanto desesperante quitarlos.

Nos tiramos a la cama cansadas, ______ esta acostada en mi pecho mientras acaricio su cabello.

—Me alegra haber hecho este viaje—admití.

—A mi también, tengo una increíble compañía.

Alce con delicadeza su cabeza para que me mirara.

—Te amo, ______.

Ella mordio levemente su labio inferior y sonrio.

—Te amo zanahoria.

Ella se alzo un poco y me beso, algo desesperada, empezó a subir mi camisa de pijama hasta dejar mis senos expuestos.

Yo hice lo mismo, nos besamos y acariciamos hasta sacar completamente nuestras prendas.

Noche bastante excitante y larga...

-

______ Williams.

Nunca llegué a imaginar que me enamoraría de este modo, ver a Madelaine a mi lado, ver como sonríe y ríe a mi lado es una de las cosas que no cambiaría por nada en el mundo.

Desde que esta pelirroja metiche llegó a mi vida, la ha cambiando por completo y para bien.

Una de las cosas que más amo de este viaje es que he soñado con Allison y me siento bien.

Pensar en ella o soñar con ella ya no duele, la culpa se ha ido y aunque perdí la esperanza meses atrás antes de que Mads llegara, estoy feliz y todo se lo debo a ella.

Me gire en los brazos de aquella chica desnuda a mi lado y fue inevitable sonreír, es que lo más bonito de ella no es como se vé, es como se siente verla.

Es como si estuviera con una diosa, una completa obra de arte, a veces llego a creer que Madelaine debería estar en un museo donde todos pudieran admirar lo hermosa que es.

Estos meses me han servida para darme cuenta que ella es lo que siempre busque.

Madelaine Petsch fue la estrella que me ayudó a salir del hoyo lleno de oscuridad y no sabe cuanto se lo agradezco.

Deje un corto beso en la comisura de sus labios y me levante con cuidado y sin hacer mucho ruido, me fui al baño a alistarme y luego bajar por desayuno.

-

—Pensé que habías escapado de mi—habló mientras me adentraba a el cuarto con una bandeja con su desayuno.

—Para nada—comente dejando la bandeja en sus manos.

—Eres un amor, ¿Ya te lo habían dicho?

—Ya me lo han dicho—sonreí a medias.

—¿Qué haremos hoy?—inquirió.

—Saldremos a pasear a Olive, nos hemos estado divirtiendo y ella se ha mantenido encerrada—asintió mirando a la cachorra mientras dormía plácidamente—Y luego creo que podemos ir a hacer un tur por toda la cuidad.

—Es probable que nos perdamos—artículo con diversión.

—Esa es la mejor parte—le di una sonrisa torcida mientras ella mordía su labio inferior.

Ahora que la detallo bien, aún sigue desnuda con las sabanas blancas envolvido su pálida piel.

—No puede ser que te veas tan bien en todo momento, tú eres una diosa—halague.

En segundos sus mejillas tomaron un tono carmesí.

—Dejame desayunar en paz—agarro una almohada y me la arrojó mientras reía.

Hubiera querido quedarme en aquel momento antes de que todo se jodiera.

‐--------------------------------------------------------------

¿Qué creen que va a pasar después de que la rayis y Mads vuelvan a Los Angeles?

¿Y qué quieren que pase?

Me pierdo en tus ojos (Madelaine Petsch y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora