C A P Í T U L O 48

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_____ Williams.

—¡Vamonos, _____! ¡Se nos hace tarde!—Mads grito desde la planta baja.

—¡Voy!—grite, agarrando mi pequeño bolso de mano.

Vamos directo a el primer estreno de la película, sí, por fin se logró finalizar este trabajo, realmente estoy emocionada.

Ya terminando de llegar abajo mi teléfono comenzó a sonar indicando un FaceTime.

—¿Quién?—Quiso saber.

—Davina.

Conteste dándole una leve sonrisa que desapareció cuando la vi con sus ojos hinchados al igual que su nariz, baje las

—¿Qué pasó? ¿Qué tienes?—pregunte con preocupación.

—M...mis papás van a separarse y Jackson acaba de tener un accidente-su voz salió entrecortada,-Estoy en el hospital central.

—Ay, por Dios—rasque la parte de atrás de mi cuello.

—¿Estás ocupada? ¿Vas a salir?—asentí,—Lo siento.

—No te preocupes, llegaré en unos minutos ¿Si? Todo va a estar bien—ella asintió apenada.

Davina colgó y metí mi teléfono al pequeño bolso.

—¿Vas a ir al hospital?—inquirió.

—Sí, sé que íbamos a ir al estreno pero ella me necesita, no puedo dejarla sola—me disculpe.

—No te preocupes cariño—colocó sus manos alrededor de mi cuello y me dio un corto beso—Ve, yo haré presencia allá y apenas pueda voy a acompañarlas, mandale todo mi apoyo.

—Claro, te dejo y me voy al hospital ¿De acuerdo—asintió.

Salimos de casa y nos montamos en mi auto, la llevé al lugar de estreno y luego salí directo al hospital, donde en la sala de espera me encontraba mi hermana con sus padres, Helen y Jason estaban con una gran distancia.

Me acerque a ellos, Davina cuando me vio corrió a abrazarme, se aferro a mi como si su vida dependieran de ello, bese su cabello castaño y me acerque a su oído.

—Estoy aquí, tranquila—ella asintió besando mi mejilla.

—Gracias, de verdad lamento haberte hecho venir, me acordé que tenías el evento de la película con Madelaine—negué.

—No te preocupes, de hecho cuando ella termine vendrá, te manda su apoyo—ella asintió apenada.

Yo me dirigí a Helen y le di un corto abrazo.

—Lamento todo lo que esta pasando—hablé.

—Ay Dios, _____, no sé cuando mi familia se desmoronó de esta manera—sollozo.

—Todo va a estar bien, Helen—aseguré.

Me senté en una de las sillas al lado de Davina, ella entrelanzo nuestras manos y colocó su cabeza en mi hombro.

—¿No han dicho nada sobre él?—susurré.

—Nada, solo sé que llegó muy grave—lamento.

Hice leves caricias en su mano—¿Haz comido algo?—negó.

—Voy a traerte algo ¿Si?—asintió levemente—Un café con una dona de chocolate como te gusta.

Me levante de aquella silla y salí directo a una cafetería.

-

Ya me estaban entregando una caja pequeña de donas con tres cafés, pague y me encamine a la salida cuando tropecé con alguien.

Me pierdo en tus ojos (Madelaine Petsch y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora