Harry descansaba en el pecho de Louis, ambos recostados en la cama, manteniéndose en silencio mientras el menor se permitía escuchar los latidos del corazón de su entrenador.
–Ahora late por ti —susurró el mayor acariciando los rizos de Harry.
–Creo que es lo más cursi que has dicho hasta el momento —dijo Harry con una sonrisa provocando una también en Louis.
–Jodete entonces, no lo diré de nuevo —respondió divertido sin quitar la sonrisa de su rostro.
–No, no, es lindo. Me gusta.
Otro beso hizo que ambos se sintieran felices de estar junto al otro. Aunque no tuvieron el mejor comienzo, para Harry, saber que ahora podía confiar en Louis le daba la tranquilidad que el hecho de vivir bajo la presión de su padre le quitaba.
Unos suaves golpes en la puerta los hicieron saltar de la cama y sentarse sobre la misma. Harry estaba a punto de abrir cuando su hermana se permitió entrar y acercarse a ellos.
–¿Qué pasa? —preguntó Harry preocupado al ver a su hermana de igual forma.
–No puede quedarse —susurró en voz baja—. Papá me preguntó hace como una hora que si ya se había ido y le dije que ya.
–¿Y en dónde están ahora?
–En su habitación.
–Entonces nos vemos mañana —dijo Louis dirigiéndose a Harry—. Piensa lo que te dije.
Harry asintió y Louis comenzaba a caminar hacia la puerta, pero el rizado lo detuvo de una mano y lo abrazó sin importarle que su hermana se encontrara ahí.
–Gracias por todo —susurró en su oído para después darle un corto beso en la mejilla.
Un carmín intenso coloreó el rostro de Louis, pues no pensó que Gemma estuviera enterada de lo que sea que tuvieran él y Harry. Al ver que no hay reacción por parte de ella, decidió pararse un poco de puntas para alcanzar a dejar un beso en la coronilla del ojiverde antes de salir de la habitación y cerrar la puerta.
Gemma se asomó para asegurarse de que nadie lo escuchó y que sus padres seguían en su habitación. Hasta que vió que la puerta de la entrada se cerró silenciosamente, regresó a la habitación de su hermano y se sentó en la cama junto a él.
–¿Y bien? —preguntó aún preocupada.
–Él no pudo llegar a mi vida en mejor momento —dijo mostrando una enorme sonrisa y contagiando a su hermana—. Es simplemente maravilloso.
Para Gemma escuchar a su hermano hablar de esa forma era algo nuevo, pero le llenaba de alegría saber que había algo que por fin hacía feliz al pequeño niño que siempre trató de proteger y que por más que lo intentara, las sonrisas que le sacaba eran contadas.
–Me alegra oír eso —dijo con una sonrisa— ¡Además, no estás nada perdido, es muy guapo, eh!
–¡Lo sé! —exclamó en voz baja con evidente emoción— ¿Lograste ver sus ojos? Son muy azules.
Gemma asintió con una sonrisa y le dio un abrazo a su hermano.
–Me da gusto que estés así, solo mantente con los pies en la tierra, ¿sí? No me gustaría que te hiciera daño.
En ese momento el recuerdo de lo que Niall había dicho en los vestidores llegó a su mente, más sin embargo sonrió.
–No te preocupes, no importa si llega a lastimarme, me está enseñando a creer en mí mismo y eso podría recompensar cualquier daño.

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YOU
FanfictionHarry Styles era el único hijo varón del que su padre siempre ha estado orgulloso. Desde que era pequeño, Robin ha presumido que su hijo será el próximo boxeador legendario que pondrá en alto el apellido Styles; o eso era lo que pretendía. Louis, po...