Él sabía que no tenía que levantarse, sabía que no quería salir de la cama ni para desayunar, algo le detenía.
–¡Harry! —le llamó su hermana del otro lado de la puerta— ¡Abre, necesito preguntarte algo!
Tenía que ser una trampa de su madre para convencerlo de salir temprano de la cama, pero no iba a caer.
Harry tenía una magnífica relación con su hermana. Gemma era su confidente e incondicional amiga, la única que lo conocía bien, mejor que nadie en realidad.
–Harry —habló más despacio como susurrando a la puerta—, en serio, abre. Prometo no decirle a mamá que estás despierto.
No eran planes de su madre, así que aún desganado, lanzó las cobijas casi fuera de su cama y se puso de pie.
Abrió la puerta y cedió el paso a su hermana que aún vestía con su ropa para dormir.
–¿Qué? —preguntó al tiempo que cerró la puerta detrás de Gemma.
–Voy a preguntarte algo y quiero que me digas la verdad.
Cuando su hermana le dice eso significa que hay una verdad de la que ya está enterada, pero solo quiere confirmarla.
–¿Tomaste mi esmalte rosa de nuevo? —preguntó suavemente.
Si fuera la primera vez que lo descubre, Harry se sentiría apenado justo como aquella ocasión, sin embargo, simplemente bajó la mirada y buscó debajo de su ropa en el armario el esmalte para uñas de su hermana para entregárselo.
–Harry, sabes que no me molesta en lo absoluto que hagas éstas cosas, pero me preocupa lo que pueda pasar si papá o mamá se enteran.
–No tienes que preocuparte, solo lo uso un rato y las despinto incluso antes de que se sequen —dijo mostrándole una media sonrisa—, y creo que deberías comprar más colores.
Rieron un poco y Gemma le dio un suave golpe en el brazo a su hermano.
Harry amaba pintar sus uñas, desde que era pequeño disfrutaba jugar con su hermana a las muñecas e incluso a veces dejaba que le adornara el cabello con broches y ligas.
Desde luego que sus padres no estaban enterados de nada de eso, pues la única vez que los sorprendieron a ambos jugando fútbol con una pelota, Gemma fue reprendida fuertemente, y Harry por permitir que su hermana jugara "cosas de niños".
Robin era estricto con ellos, creían que su trabajo tenía algo que ver con eso, pero no, siempre había sido esa su personalidad. Él era un importante abogado, lo cual indicaría que Harry tendría que seguir sus pasos, pero no. Su padre había decidido otro camino para su hijo menor.
–¿Tu entrenamiento inicia hoy o mañana? —preguntó Gemma cambiando de tema.
–Hoy —respondió el ojiverde con un suspiro—. Papá dijo que cuando cumpliera 21 pero no creí que literalmente sería al día siguiente.
–Harry, solo tienes que ir y demostrarle que no es lo tuyo —sugirió amable—. Cuando vea que no eres bueno te dejará en paz con eso y podrás irte a Estados Unidos a hacer tu vida como tú quieras.
Sí, el único sueño de Harry era viajar a Boston, alejarse de Londres y de todo lo que ahí conocía para ser él mismo. Para estudiar en la mejor universidad del país americano que le permitiría vivir sin miedo y a su manera.
–No sé si vaya a funcionar —mencionó Harry desanimado—. Haré lo que pueda, voy a pelear tan mal hasta que el mismo coach quiera expulsarme del lugar y que papá decida sacarme de ahí.

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YOU
FanfictionHarry Styles era el único hijo varón del que su padre siempre ha estado orgulloso. Desde que era pequeño, Robin ha presumido que su hijo será el próximo boxeador legendario que pondrá en alto el apellido Styles; o eso era lo que pretendía. Louis, po...