Capítulo 46

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Un mes pasó más rápido de lo que todos esperaban, Harry había estado cuidando de Louis, pero al ver que se estaba recuperando accedió a que Anne le ayudara un poco para estar yendo al departamento de Gemma a dormir y bañarse.

Por fin, después de casi dos meses volvió a pisar la academia; ese lugar que al inicio detestó sin saber que después sería el único lugar al que querría ir. Entró a la habitación de Louis y tomó las llaves de su coche cómo él se lo había pedido y observó con detenimiento la habitación hecha un desastre, pero lo que logró llamar su atención, fueron todas las fotos de él y Louis pegadas en la pared frente a la cama del entrenador. Esbozó una amplia sonrisa y limpio un poco, antes de dirigirse al hospital para por fin recoger a Louis.

Al llegar, se encontró al médico y a la enfermera con Louis; y a Anne atenta a las indicaciones.

–Joven, que bueno que llega —dijo la enfermera—, necesito que me acompañe a firmar la alta de su esposo.

Harry miró a Louis, quien abrió extremadamente sus ojos al escuchar a la joven mujer y tuvo que disimular para no meterse en serios problemas legales.

–Sí, voy en seguida —advirtió antes de que la enfermera saliera de la habitación—. Mamá, ¿puedes acercar el auto, por favor?

–Sí, claro.

Anne tomó las llaves y salió dejando ambos chicos con el médico.

–Bien, por el momento sería todo de mi parte —anunció amablemente—. Necesito que sea constante con su medicamento y acuda a las citas puntualmente, en ocasiones los pacientes se sienten mejor y omiten todo eso y es cuando se vienen los problemas nuevamente.

–No se preocupe, doctor —dijo el ojiazul con una sonrisa—, estoy en buenas manos y no se me permitirá ser el dominante esta vez.

Harry se sonrojo de inmediato al percibir el doble sentido del comentario de Louis y pareció que el médico también pudo entenderlo al asentir con una amplia sonrisa.

–Me alegra escuchar eso, para así mismo recordarle que no puede hacer ningún tipo de actividad física.

Harry estaba rojo de la pena, Louis simplemente agradeció y el médico salió sin nada más que decir.

–¡Eres un descarado! —exclamó el rizado al cerrarse la puerta.

–¡¿Yo?! —preguntó haciéndose el sorprendido— El descarado es él por prohibirme cualquier tipo de actividad física... ¿acaso no sabe que tengo necesidades?

–Necesidades que tendrás que controlar —advirtió ayudándole a levantarse de la cama.

–Entonces tendrás que tomar tu distancia, porque no ayudas mucho en ese sentido.

Harry sonrió y se agachó a atar las agujetas de su novio, sintiendo la fija mirada azul sobre él.

–¿Qué?

–Nada, solo pienso.

–¿Qué piensas?

–Cosas.

–¿Qué cosas?

–Importantes.

–¡¿Qué cosas importantes?! —preguntó irritado y Louis comenzó a reír a carcajadas— Jodete y no me digas entonces —dijo evitando reír para mantener su semblante de novio molesto.

–Ya, está bien... estaba pensando en lo que dijiste; sobre que era tu esposo.

–Ah, eso... sí, lo lamento, pero alguien tenía que autorizar tu cirugía y fue lo único que se me ocurrió.

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