Capítulo 41

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Harry sintió todo derrumbarse, se había acabado todo; en cambio Louis, sintió un gran alivio, sintió que su niño había quedado a salvo.

–No —murmuró el menor comenzando a llorar—... no, yo... tengo que ser yo.

–Harry —habló Louis en un inútil intento de tranquilizarlo...

–¡¿Por qué yo no?! —exclamó furioso— ¡Si somos hermanos, es la misma mierda!

–¡No es lo mismo, Harry! —exclamó su hermana con frustración.

–¡Tengo que ser yo! ¡No voy a dejar que lo hagas, Gemma!

–¡No lo hará! —exclamó Louis.

–Harry, Louis, esto no es una opción —protestó Gemma—. Puedo tomar mis propias decisiones y si mi decisión es ayudarlos es lo que va a pasar.

Harry salió llorando de la habitación, y Anne estuvo a punto de ir con él pero Gemma se lo impidió.

–Déjalo, mamá. Necesita estar sólo.

–Gemma, por favor —suplicó Louis—, no quiero arriesgarlos, si algo te pasa Harry no lo soportaría, y yo tampoco.

–Nada malo va a pasar —dijo la castaña acercándose a la cama—, eres muy importante para Harry, y también para mí... pero él no soportaría que algo te pasara, así que tenemos que hacer esto por él, y tenemos que regresar los dos sanos y salvos.

–Eres como la hermana que nunca tuve —dijo con una sonrisa—, gracias por dejarme formar parte su familia.

–Gracias a ti, por llegar a formar nuestra verdadera familia —dijo dándole un abrazo y un beso en la coronilla—. Le llevaré los resultados al doctor, ¿puedes quedarte con él un momento? —preguntó dirigiéndose a Anne.

–Vamos, no tengo cinco años.

–Ya cuide de dos, puedo cuidar a uno más —aseguró Anne con una sonrisa.

Gemma salió en busca del doctor y de paso, de Harry.

–¡Doctor! —exclamó al verlo por uno de los pasillos haciéndolo acercarse a ella— Buen día, tengo los resultados de...

–Oh, para el trasplante del paciente Louis Tomlinson —interrumpió viendo el papel que le mostraba Gemma— ¿Será usted quien donará?

–Así es.

–Bien, la cirugía será a las once en punto de la noche, por favor no coma nada por lo menos una hora antes, la necesito aquí por lo menos con media hora de anticipación y venga con un acompañante.

–De acuerdo.

La chica agradeció y volvió a la habitación en donde ya se encontraba Harry nuevamente, ahora más tranquilo.

–La cirugía será a las once de la noche —anunció apenas entró a la habitación—. Tengo que ir por unas cosas, ¿me acompañas, mamá?

–Por supuesto.

Anne se despidió de su hijo y de Louis. Harry quería pedirle una disculpa a su hermana por haber sido patético, pero salieron antes de que pudiera siquiera hablarle.

–Aún faltan seis horas para eso —dijo el menor tomando la mano de Louis.

–Lo sé, no estoy nervioso por mí, sino por ti.

–¿Por mí?

–Sí, tengo miedo de que si algo me pasa tú...

–Nada malo va a pasarte, Louis.

–¡Harry, ya basta! —exclamó con frustración— Ambos sabemos que cualquier cosa puede pasar y que puedo morir en cualquier momento, así que por favor, seamos realistas y tomemos las cosas cómo van.

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