Capítulo 44

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Pasaron siete horas, eran las cinco con cuarenta y dos; Oliver se tuvo que ir, Zayn fue a dejar a Liam a su casa y regresó, Anne y Gemma estaban durmiendo en la sala de espera mientras Harry y Mark eran los únicos que no habían dormido ni un poco.

–Deberías dormir un poco —sugirió Mark.

–He dormido solamente diez minutos en cuarenta y ocho horas... no voy a darme el lujo de dormir ahora.

–Bueno, ¿al menos has comido algo?

Harry había tenido tantas cosas en su cabeza que ni siquiera se había puesto a pensar en eso. No le había dado hambre en casi dos días; lo único que había comido había sido un emparedado que compró en la cafetería cuando vió por primera vez a Mark.

–Sí, gracias —respondió indiferente.

Antes de que Mark pudiera hacer alguna otra pregunta, el doctor de Louis apareció y Harry se puso de pie de inmediato, después Zayn y Mark y finalmente Anne y Gemma se despertaron y pusieron atención.

–Buenos días —saludó obteniendo la atención de todos—, hemos terminado, las cosas se complicaron, perdió mucha sangre... pero por suerte pudimos estabilizarlo y la operación fue exitosa, su cuerpo respondió bien al nuevo pulmón pero de cualquier forma tiene que estar bajo constante vigilancia.

Harry soltó el aire que había estado reteniendo, sintió un gran alivio y como si se quitase un peso de encima, pero sólo era el inicio la liberación de una de las tantas cosas que lo preocupaban.

–¿Puedo verlo? —preguntó ansioso.

–Por el momento no, sigue inconsciente y en terapia intensiva, pero con suerte en la tarde podrán verlo.

–Gracias, doctor —agradeció Mark.

–¿Y Niall? ¿Qué pasó con él? —preguntó el rizado.

–Parece que sus padres quieren donar el resto de sus órganos, así que el personal correspondiente a ello se está encargando y su cuerpo será entregado por la mañana para la cremación.

Las inmensas ganas de llorar se apoderaron nuevamente de Harry, aún no podía asimilar que Niall había muerto.

No supo en qué momento se fue el doctor, hasta que su madre lo llamó haciéndolo volver a la realidad.

–Mi amor, creo que deberías ir a descansar —sugirió dulcemente.

–No, vayan ustedes a dormir, les avisaré cualquier cosa que suceda.

–Yo tengo algo que atender —habló Mark llamando la atención de los presentes—, pero aquí tienes mi número, llámame en caso de que algo pase, cuando lo den de alta o incluso si tú necesitas algo.

Harry tomó el papel y agradecido con un asentimiento. ¿Qué podría ser más importante que estar al tanto de la salud de su hijo? Después de tantos años de ni siquiera saber nada de él, no se podría esperar otra cosa.

–Quisiera quedarme —dijo Gemma cuando Mark se fue—, pero he faltado dos días a la escuela y si falto hoy sin justificar podría perder la beca.

–No, no te preocupes, vete tranquila.

–¿Quieres que te deje mi celular?

–No, tengo el de Louis aquí —dijo mostrando la mochila de su novio— yo les llamo cuando despierte.

Anne y Gemma se despidieron y se fueron, dejándolo a solas con Zayn.

–Te invito a comer algo —dijo el entrenador—, más tarde tengo que preparar algunas cosas para el próximo combate y no puedo faltar, pero te prometo que estaré al pendiente.

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