Capítulo 37

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Louis fue a dejar a Niall a su casa, el camino fue silencioso; fue hasta llegar a la casa del rubio que Niall decidió hablar.

–Louis, no sé que decirte.

–¿Sobre qué? ¿El cáncer? —se encogió de hombros y suspiró para apagar el auto— Da igual, Niall, no tienes que tenerme lástima.

–No te tengo lástima, imbécil... me preocupas.

–No tienes de que preocuparte, todos nos vamos a morir algún día.

–¡Pero no así! ¡No ahora!

–Niall, si no me mata el cáncer, me va a matar la puta tristeza de no tener a Harry... así que me da igual.

–Creo que al menos deberías intentarlo, es decir, el doctor nos dió varias opciones así que...

–Dejé de escuchar cuando dijo que tenía cáncer.

–Louis, por favor... hazlo por Harry.

–Niall, Harry no tiene porque enterarse de esto, así que júrame que no se lo vas a decir.

–No lo haré, pero merece saberlo.

–No, no merece saber que su novio va a ser un maldito inválido a punto de morir. Harry merece a alguien sano, alguien con quien compartir su vida cuando salga de ese maldito lugar, y por obvias razones... no seré yo.

A Niall se le cristalizaron los ojos y bajó del auto cerrando la puerta de golpe.

–Todos merecemos segundas oportunidades y si amas tanto a ese chico, mínimo deberías intentarlo por él.

Niall desapareció adentrándose en su casa y Louis ni siquiera pudo darle las gracias. Encendió su auto y condujo de vuelta hasta la academia.

Iba con la mente perdida, tratando de recordar algún relevante dato que hubiera dicho el médico, pero no recordaba nada. Al escucharlo decir que tenía cáncer solo pensó en Harry.

Pensó en el daño que le causaría a su pequeño, sabía que iba a sufrir por su culpa. No quería que Harry tuviera que lidiar con eso, no quería que Harry le llorara y lo cuidara por el resto sus vidas si era posible que volvieran a estar juntos y por primera vez, agradeció que Harry estuviera lejos de él.

Al llegar a la academia se tiró a su cama nuevamente, a ver las fotos con su novio para recordar cuando fue feliz. Ya no lloraba, ya estaba resignado a no volver a ver a su pequeño, y lo prefería así, a que algún día Harry tuviera que verlo agonizando a punto de morir. Louis no soportaría ver a Harry sufriendo más de lo que ya había sufrido, y él no iba a ser el causante de ese dolor.

















Casi dos semanas después de que le diagnosticaran su enfermedad, decidió ir con el especialista que el médico le había indicado, solo para saber cuanto tiempo tenía... prefería ni siquiera pensarlo.

Era la primera vez, desde que Harry se había ido, que salía a ver entrenar a Oliver y Niall.
Al saber que su rubio amigo había ganado la pelea porque Liam se dio de baja, ni siquiera le dió gusto. No podía brincar de alegría porque había olvidado el significado de la palabra felicidad.

Niall, Oliver y Roxanne se fueron, dejándolo por fin solo. Fue a su habitación por sus pertenencias para tomar una ducha, pero se tiró al suelo a media área al sentir esa opresión en el pecho que comenzaba a parecerle familiar, pero esta vez, peor que todas las anteriores.

Definitivamente era la peor, pues comenzó a toser de una manera exagerada, pero no como usualmente lo hacía, sino con sangre. La persistente y molesta tos le impedía respirar y sentía que el horrible dolor iba a hundirle el pecho y a quebrar sus costillas.

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