Capítulo 42

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Eran las nueve en punto de la noche, aún faltaban dos horas para la cirugía, pero desde luego, Gemma estaba preparada mucho antes de la hora indicada.

Se dirigía junto a Anne a la entrada del hospital, mientras se aseguraba de traer todo lo necesario en su bolso.

–Olvidé mi identificación en la camioneta, mamá, ¿puedes prestarme la llave?

–Tan olvidadiza cómo lista —se burló Anne entregándole la llave.

Gemma cruzó la calle y sacó la identificación de la camioneta, esta vez, rectificando que no olvidaba nada.

Al intentar llegar de nuevo junto a su madre, las llaves de la camioneta se le cayeron e intentó levantarlas, pero todo fue demasiado rápido.

–¡Gemma! —gritó Anne.

–¡Cuidado!

Lo último que escuchó fue la voz de un chico antes de ser empujada por él mismo haciéndola caer en la acera, siendo a él a quien el taxi lo atropellara.

–Gemma, ¿estás bien? —preguntó Anne llegando junto a ella.

–¡Mamá, el chico! —exclamó corriendo hacia el joven inconsciente en el pavimento del estacionamiento— Llámale a un doctor o a alguien, por favor —pidió asustada al ver al muchacho sangrando de la cabeza.




















–Es mi turno —dijo Louis entre las risas—, es alto y le da luz a la vida de todos.

–¡No seas cursi, Louis! —dijo sonrojado— Soy yo.

–Y luego dices que el egocéntrico soy yo... es un poste de luz.

–Eres un tonto —dijo dándole un golpecito en el hombro.

Anne interrumpió sus risas al entrar de pronto a la habitación, y la preocupación se hizo presente en ambos chicos al verla llorando.

–¡Gemma! —dijo entre el llanto— Un chico, está herido, él la ayudó y... y...

–Mamá, tranquila —dijo Harry abrazándola inmediatamente, lo que la tranquilizó un poco—. ¿Qué sucede? ¿Gemma está bien?

–Sí, un auto iba a atropellarla, pero un chico la empujó y ahora él está herido —explicó aún entre el llanto, pero un poco más tranquila—, están en urgencias.

–Bueno, iré con ella y tú quédate con Louis —dijo Harry y Anne se sentó junto a Louis, quien tomó su mano.

El ojiverde se apresuró a llegar a urgencias, en dónde se encontró a su hermana sentada en una silla en la sala de espera y al verlo se levantó rápidamente corriendo a abrazarlo.

–¡Harry!

–¿Estas bien? ¿Qué sucedió?

–El chico está grave, no sé quién es no pude registrarlo, su celular está bloqueado y no puedo llamar a nadie porque no trae identificación ni nada.

Gemma le entregó el celular a su hermano y quedó helado al reconocerlo, aunque habían muchos celulares idénticos, prefirió descartar su sospecha.

–Gemma, ¿en dónde está el chico?

–En el segundo cubículo.

Harry corrió hasta donde indicó su hermana y ella lo siguió. Al confirmar lo que sospechaba sintió la sangre bajar hasta los talones, se congeló y no supo cómo actuar.

–Niall...

–¿Lo conoces? —preguntó su hermana detrás de él.

–Es Niall, es amigo de Louis.

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