Capítulo 18

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Apenas piso su casa, subió a su habitación aprovechando que sus padres no estaban, para evitar cualquier tipo de interrogatorio que Robin pudiera hacerle.

Sólo lanzó su mochila a alguna parte de la habitación y se dirigió a la de su hermana, en donde la encontró en su computadora con el ceño levemente fruncido por la concentración. Harry carraspeó para llamar su atención y la mirada de la castaña se posó en él con una sonrisa.

–¡Haz vuelto! —exclamó su hermana arrojándose a sus brazos— ¿Cómo te fue? ¿Odiaste cada minuto o ya te gusta un poco más pelear?

Se olvidó un instante de que su hermana no sabía la verdad sobre ese supuesto Pre-Combate, pero la sonrisa de tonto adolescente enamorado dejaba mucho que decir.

–No fui a nada que tenga que ver con eso —confesó en un susurro—. Fui a pasar el fin de semana con Louis, en una cabaña.

–¡Oh, por Dios! ¡Eso es tan lindo! ¿Y que pasó? Cuéntame cada detalle.

Harry sonrió al entender que aunque quisiera, no podría contarle exactamente cada detalle.

–Me preguntó que si quería que fuéramos novios, y... fue realmente lindo. Creo que ha sido el mejor fin de semana de mi vida.

–Me da mucho gusto por ti, Harry. Te mereces todo lo bueno del mundo.

Por un momento analizó lo último que su hermana le dijo. ¿En realidad se merecía todo lo bueno del mundo? Tal vez tenía razón, nunca le había hecho daño a nadie, nunca había hecho algo de lo que se arrepintiera, así que si Louis y su hermana decían que merecía cosas buenas, era verdad.

–Te tengo una sorpresa —dijo Gemma poniéndose de pie y buscando entre su ropa—. No es mi color favorito, pero creo que a ti te gustará.

Gemma le entregó un esmalte azul cielo y la sonrisa que ya habitaba en el rostro de Harry se amplió. Nunca imaginó que su hermana haría algo así por él. Aunque pareciera algo insignificante, para Harry lo significaba todo.

–¡Gracias! —exclamó emocionado en los brazos de su hermana— Me recuerda a los ojos de Louis.

–Ahí está, te hemos perdido —dijo con diversión—. Ahora pareces tonto enamorado relacionando absolutamente todo con tu ser amado.

Ambos rieron y Harry mantuvo su mirada en el esmalte, que indudablemente le hacía recordar a Louis y ahora no solo por el color, sino porque le había dicho que se veía hermoso con las uñas pintadas sin siquiera haberlo visto.









Todos corrían para finalizar con el entrenamiento, mientras Louis hablaba con Roxane quien le mostraba muchos papeles. Al sonar la campana automática, dejaron de correr y se recuperaron esperando a que Louis se desocupara para que viniera a darles indicaciones.

–¡En línea! —exclamó el entrenador y todos obedecieron— Ya tengo las categorías de la primera pelea —anunció con una hoja en las manos—. Estén listos porque estamos a un mes de la palea y la organización vendrá a ver al menos uno de los entrenamientos.

–¿Podemos saber con quien nos toca la primera pelea ya? —preguntó Niall impaciente.

Louis asintió y Harry juraría que estaba preocupado. A pesar de todo, Louis seguía siendo ese entrenador de carácter fuerte y exigente que conoció desde el inicio, pero sabía que algo le preocupaba.

–Oliver Evans —dijo y soltó un fuerte suspiro—, con Luke Hemmings.

Todos en el área abrieron sus ojos en evidente sorpresa, pero Oliver no pudo ocultar su expresión de tristeza. Iba a pelear con el que había sido su mejor amigo de entrenamiento, con quien conocía cada uno de sus movimientos, sabían su resistencia y sus puntos más débiles uno del otro; en donde solamente uno podría ganar. Eso definitivamente no terminaría bien.

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