Capítulo 53

446 61 2
                                    

–¿Por qué? ¿Por qué parece que soy la única persona en el mundo a la que pueden recurrir con este tipo de cosas? —exageró la castaña tomando asiento frente a Louis.

–Tal vez porque literalmente eres la única persona a la que puedo recurrir ahora mismo, Gemma —respondió riendo—. Liam y Zayn definitivamente son malos en esto.

–¿Y se han dado cuenta de que sigo soltera? Es decir, de ser buena con todo esto, sería yo la que se casa en unas horas —dijo ajustando la corbata de su cuñado—. Ahora, muéstrame ese papel antes de que salgas y hagas el ridículo.

Louis le entregó el pequeño papel en donde había escrito sus votos, bueno, su intento de votos, y la cara de Gemma era más que suficiente para darse cuenta de que no lo había hecho muy bien.

–Bien, son algo... básicos —dijo tratando de no hacer sentir mal al mayor—, sin embargo, es muy lindo.

–Gemma, no sé hacer esto, cada vez que le digo cosas lindas a tu hermano se las digo de frente y sé que no hay nadie más escuchándome. Nadie conoce ese lado mío además de él.

–Ignora al resto, lo que escribiste es bastante lindo y sé que Harry te conoce a la perfección, así que sabrá interpretar muy bien cada una de tus palabras.

Louis sonrió y guardó nuevamente el papelito en su bolsillo. Estaba muy nervioso, más de lo que podía imaginar.

Gemma se miró al espejo por última vez y acomodó los tirantes de su vestido lila en su lugar antes de salir de la habitación, advirtiéndole a Louis que se diera prisa.

Logró tranquilizarse un poco, en otro momento no lo habría logrado sin ayuda del tabaco, pero pensar en los verdes ojitos de Harry lo hacían relajarse y sonreír como tonto todo el día.

Salió de la habitación y se dirigió al jardín, en donde los pocos amigos y familiares que habían invitado ya se encontraban esperándolos. Mitch le indicó con una seña de la mano que se acercara a la mesa en donde prontamente firmarían y obedeció con una sonrisa.

–¿Y bien? ¿Cómo te sientes? —preguntó Mitch sonriéndole.

–Nervioso, pero jodidamente feliz.

–Es buena señal entonces.

Todos esperaban que Louis se posicionara junto a la mesa mientras veía a Harry caminar por el centro del jardín y todos se mantenían en silencio en sus asientos, atentos a todo el espectáculo; pero no fue así, aunque hubiese sido lindo, Harry y Louis querían algo más casual y no tan sofisticado, algo con lo que se sintieran cómodos y en confianza.

Harry apareció de la nada luciendo perfecto en ese traje traje blanco con flores negras y camisa negra... Harry lucía perfecto con cualquier cosa ante los ojos de Louis.

Mientras más se acercaba, el corazón del ojiazul latía cada vez más rápido, pues el momento de por fin convertirse en su esposo había llegado.

–Te ves fabuloso —murmuró el mayor casi en el oído de Harry—. Siempre te ves hermoso, pero hoy te luciste.

–¿Qué me dices de ti? —preguntó con una amplia sonrisa— No me cansaré de decirte cada día lo verdaderamente guapo y lindo que eres.

Mitch se colocó en la mesa frente a ellos indicando que la pequeña ceremonia estaba por comenzar.

–Buen día a todos —anunció el pelinegro—, quiero pedirles su atención para dar inicio.

Todos tomaron asiento, Louis y Harry se quedaron de pie frente a frente mientras Mitch daba un pequeño discurso y después llamó a los testigos a firmar.

YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora