Capítulo 28

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Harry sacó la pequeña memoria de su cámara y la introdujo en su laptop. Comenzó a ver todas las fotografías, guardó las de su hermana y él en una carpeta y las de Louis en otra. Gemma les había tomado buenas fotos, incluso Louis lo hizo volteando la cámara sin necesidad de ver la imagen y habían salido bien. La foto de la cabina telefónica había sido su favorita, por lo que la guardó en su celular y se la envió a su novio.

Las fotografías que él le había tomado a Louis habían salido bien por el simple hecho de que era él existiendo y luciendo perfecto, pero las que tomó Louis de Harry habían salido bien porque tenía buenos ángulos.

Tomó su celular y buscó el contacto de su novio, lo llamó y solo bastaron dos timbres para que respondiera.

–¿Ya me extrañas?

–Siempre que no estoy contigo, pero ese no es el punto... ¿ya viste la foto que te envié?

–Sí, es linda... parece de película, me encantó.

–Lo sé, a mi también. Estaba viendo las fotos que me tomaste tú a mi, y eso es.

–¿Eso es qué?

–Lo tuyo, sabes tomar fotografías impresionantes, si fueras fotógrafo te pagaría lo que fuera por una sesión.

–¿Lo que fuera? —preguntó coqueto— Me agrada oír eso porque ya tengo esa sesión en mente.

Sí, bueno deja de imaginar cosas porque si no, ambos tendremos un problema que no podremos resolver por el momento.

–¿Y por qué no podríamos resolverlo?

–Más bien tú dime cómo podríamos resolverlo por teléfono.

–Supongo que estás en tu habitación, solo y nadie nos escucha...

–Correcto —dijo cerrando su laptop y recostándose en su cama—. ¿Qué pretendes, Tomlinson?

–Que te vengas para mí, ahora mismo.

–Louis...

–¿Qué pasa, cariño? ¿No crees que lo logres si no estoy junto a ti?

–N-no sé si sea posible...

La voz de Harry temblaba, mientras que la de Louis era cada vez más ronca y seductora. Lo escuchaba a través del teléfono casi como si estuviera ahí, susurrándole al oído, y eso, lo excitaba demasiado.

–¿Recuerdas que te dije que para mí todo es posible? Bueno, esto es una pequeña prueba de ello.

Harry tragó saliva y juraría que Louis pudo haberlo escuchado. Respiró hondo y agradeció traer su pijama puesta, pues su erección comenzaba a crecer bajo su ropa interior, por lo que no dolió de igual forma a cuando está usando jeans.

–Cierra los ojos... imagina que estoy ahí, tocándote, besándote... justo cómo te gusta.

–Lou...

–Tócate, mi amor, tócate pensando en mí, en lo que te encanta que te haga.

Inconscientemente obedeció, además de que su duro miembro rogaba por atención, así que colocó su mano sobre este y pasó las yemas de sus dedos suavemente por encima de la ropa, eso hacía Louis solamente para provocarlo, y funcionaba a la perfección.

–Te quiero aquí, conmigo... ahora mismo.

–Yo también quisiera estar ahí contigo, así te haría tantas cosas.

–Uhmmm, ¿cómo cuáles?

–Tú dímelo, ¿qué te gustaría que te hiciera si estuviera ahí? ¿Que te la chupara? ¿O que te diera tan duro hasta que grites mi nombre?

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