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21: (+18) Exist for love - AURORA

AVISO CONTENIDO +18.

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Delian recayó sobre el cuerpo de Olivia, mientras sus labios todavía se unían y se separaban en una danza sutil de deseo. Ambos comenzaron a recorrerse con las manos, pasando por los brazos, la espalda y el rostro. Era una necesidad sentirse, notarse cerca, saber que aquello estaba pasando de verdad. Ambos habían extrañado demasiado tener un momento de intimidad como aquel, más todavía con todo lo que había ocurrido.

El rubio había tenido pánico. Nunca había sentido ese miedo terrible a perder a alguien a quien quería de esa forma. Saber que ahora estaba ahí, junto a él, mostrándole cuánto deseaba estar a su lado, lo hacía inmensamente feliz.

—No pares de besarme, Delian —pidió la rubia, casi en un suspiro. Quería fundirse con él, después de todo el miedo que había pasado pensando que no iba a volver a verle.

—No pensaba dejar de hacerlo, querida hada —contestó él, sonriente, accediendo a aquellos deseos de su amada.

El príncipe llevó sus besos hacia las marcas que Olivia tenía en las mejillas, provocadas por los golpes que aquel desgraciado le había dado. Las besó, de forma delicada, queriendo curarlas y eliminarlas de la piel de la escritora —ella era perfecta, preciosa, no quería ver marcas de dolor en ninguna parte de su hermoso cuerpo—. Después bajó más, hacia el cuello de la rubia, mientras ella abría las piernas para dejarlo colocarse en el medio, de forma que la estimulación y el contacto fueran mayores.

—Eres tan suave, Olivia —susurró el príncipe, ido, perdiendo todo ápice de cordura con sus besos.

Olivia comenzó a mover delicadamente sus caderas, dejándose llevar, arrancándoles a ambos suspiros de placer que resonaban en las paredes de su habitación. Eran solo roces, pero conseguían encenderlos como nunca. Habían estado esperando demasiado para volver a reunirse, las situaciones que se habían dado los habían alejado y ahora necesitaban sentirse más cerca que nunca.

—¿Compraste preservativos? —cuestionó la rubia, ida de placer, mientras bajaba una de sus manos hasta la intimidad de él, rozándole por encima de la ropa.

—Sí. Dejé un par de cajas en tu mesita, las demás están en mi cuarto —susurró el príncipe sobre la piel de la rubia, para después llevar sus manos a los pechos de ella, por encima del vestido de seda, para amasarlos, lo que provocó que Olivia tuviera que abrir la boca para coger aire. Sus pupilas se dilataron, le encantaba saber que era él quien provocaba ese placer en su persona.

—¿Pero cuántas cajas has comprado? —cuestionó, con una risa ahogada. Delian bajó por su cuerpo, separando los muslos de la rubia con sus manos frías. Con cuidado, subió la tela del vestido de ella hasta su cintura, dejando la intimidad de la chica al descubierto.

—Los suficientes como para hacer el amor por toda la eternidad —exclamó él, relamiéndose los labios mientras no apartaba la mirada de sus ojos. Fue un gesto que aceleró todas las pulsaciones de la rubia, quien se dejó hacer, ida en aquella nebulosa de placer que se había creado en la estancia.

Delian comenzó acariciando la zona externa de su intimidad, con cuidado, siendo consciente de los gestos de Olivia, para saber qué era aquello que le brindaba más placer. Cuando ella cogía aire y mordía su labio sabía que estaba haciendo bien, mientras se removía un poco, acomodándose. Después acercó su boca, justo ahí, en el centro de todo. Con su lengua fue repartiendo pequeñas caricias, separando los labios con sus dedos, así como había hecho la vez anterior.