35: 𝐓𝐨𝐫𝐧𝐚 𝐚 𝐜𝐚𝐬𝐚 - 𝐌å𝐧𝐞𝐬𝐤𝐢𝐧

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Nunca había sentido un dolor amoroso de aquella magnitud, decir que estaba destrozada emocionalmente le parecía poco, insignificante con la gran pena que sentía dentro de su pecho cada noche cuando se iba a dormir. O cuando se despertaba. También en los momentos donde trabajaba. En sueños incluso. Olivia no podía quitarse los malos pensamientos de la mente en ningún momento de sus días. Los tenía ahí, latentes haciéndola sentirse la persona más desafortunada de los dos mundos que conocía.

La imagen de Delian, agarrando la mano de Arana, anunciando su matrimonio ante todo el pueblo de Aghtak, le había perseguido toda la semana en forma de pesadillas hasta cuando tenía los ojos abiertos. El hambre se le iba cada vez que, alimentándose, se acordaba de aquello. Una angustia terrible se repartía por su estómago al recrear esa escena en su mente, haciéndola sentir demasiado mal. Además, sus pensamientos comenzaban a irse por todas las ramas posibles por las que pueden surgir las dudas.

Primero se veía firme, diciéndose a ella misma que el amor que habían creado Delian y ella no podía haber sido destruido. Seguro que estaba haciendo toda la parafernalia por su padre, quien le habría obligado. Estaba segura de que el príncipe no amaba a Arana. Aquello no podía ser... ¿verdad? Olivia jamás había visto en él la duda sobre sus sentimientos o un ápice de cariño hacia la otra chica. Era consciente de que Delian no era un mentiroso ni mala persona, por lo que jamás lo creería capaz de hacerle tanto daño. Hasta llevaba su capa en aquellos momentos, acompañándola, intentando convencerse a ella misma de que Delian seguía enamorado de ella. Era lo único material a lo que podía aferrarse, a algo menos metafórico y más sensible; la capa de su amado.

Pero, por otro lado, su cabeza estaba demasiado saturada y surgía en ella la duda de que, quizá, solo quizá, todo lo que estaba ocurriendo ya constaba en Delian y lo único que había hecho era pasárselo bien junto a Olivia... para después dejarla. No, aquello no podía ser posible, él no era así. No podía haberle mentido mirándola a los ojos, porque en aquella aurora boreal de su mirada ella había visto algo que no la podía hacer dudar: verdad. El príncipe había huido con ella en cuanto tuvo la oportunidad, dándoles tiempo y haciéndole saber a Olivia que la amaba como nunca a otra persona. Aquello no podía ser falso por el bien de su estabilidad mental.

Se encontraba en un estado de continua inquietud, donde nada podía sacarla de aquel bucle. Aunque Hecterón la siguiera visitando, intentando distraerla cuando la veía encerrada en sus pensamientos, nada había conseguido calmar ese malestar que florecía en su estómago y se expandía de tal forma que ni la comida le sentaba bien. Jamás le había pasado algo así, mucho menos causado por el amor. ¿Sería aquello normal? ¿Sería tóxico? Su corazón estaba lleno de demasiadas incertidumbres que no la dejaban realizar su vida con paz. Hasta el señor Gliesh, su jefe, le había llamado la atención un par de veces, encontrándola distraída con libros en las manos.

Agotada de todas las formas posibles, Olivia trotaba con Breita hacia la caseta tras una intensa jornada laboral. Su mente estaba lejana, en aquella escena del pueblo que tanto dolor le causaba, donde Delian agarraba de la mano a Arana y anunciaba su matrimonio. Sus acciones ya eran automáticas, era como un robot que seguía una rutina. De esta forma, al haber memorizado ya el camino de ida y vuelta hacia el pueblo, su cuerpo guiaba solo a la yegua, quien seguía sus órdenes, obediente como siempre había sido.

Al entrar en el denso bosque no fue consciente de lo que estaba ocurriendo en su casa, hasta que llegó a la entrada. El cuerpo se le congeló al ver allí a la reina, rodeada por guardias que ella no conocía. Toda la ira que una vez sintió hacia ella, por la tortura que le había hecho sufrir su marido volvió a estallar en su vientre, aunque aquella vez supo controlarla mejor y no se lanzó del caballo para darle una bofetada a la regente. Con el semblante serio llegó hasta allí, bajándose del caballo para enfrentarse a Látira, alzando la cabeza. No iba a mostrar un ápice de educación ante aquellas personas que la habían torturado.

Dividida | NOVELA DESTACADA @WattpadFantasiaES  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora