Dividida | NOVELA DESTACADA @WattpadFantasiaES

[II] 9: 𝐕𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐬 𝐨𝐟 𝐆𝐢𝐝𝐞𝐨𝐧 - 𝐒𝐮𝐟𝐣𝐚𝐧 𝐒𝐭𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬

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Cuando la rubia caminó ante todo el pueblo sintió cómo la presión se instauraba en su estómago, causándole un malestar que le llegó a la garganta. Había mucha gente, demasiada, tanta que casi no podía ni verse a ella misma entre la multitud. ¿Todas esas personas eran a las que ella debía de transmitir una imagen de confianza y prosperidad? ¿Ella? ¿La misma que tenía unos dilemas enormes sobre sus acciones y su persona?

—Respira —musitó Hecterón en su oreja, tratando de calmar a la princesa. Olivia sonrió de vuelta, todavía tensa, sin querer pensar en todo lo que había pasado la noche anterior. Los músculos de su rostro le tiraban en un claro ejemplo de estrés.

Haber encontrado a Delian en su habitación había sido un shock importante. Casi sin saberlo, su encuentro le había provocado muchas contradicciones en su persona. Se había acostado con él, un hombre a quien había jurado odiar y contra el que se había prometido venganza. Sin embargo, recordaba su mirada, observándola, en el momento tan íntimo que habían compartido, con los sentimientos a flor de piel. No podía borrarse de la memoria el instante en el que el joven le había dicho que la iba a esperar el tiempo que hiciera falta. Delian no buscaba un alivio carnal, él deseó tener un momento con ella, con su hada, como si todo lo que había ocurrido entre ellos hubiese sido perdonado. Aunque le costaba admitirlo, había sido Olivia la que había permitido aquello, la que había accedido a regresar a ser esa persona, aunque tan solo fuera por unos momentos. Por mucho que le doliera aceptarlo, ella tampoco había concebido aquel encuentro como solo sexo. Ellos jamás podrían ser solo contacto, siempre estarían envueltos de sentimientos.

Estaba grabado en su memoria el momento en el que él había abandonado su habitación, desolado, con los ojos cristalinos y el corazón roto. Recordaba sus últimas palabras como un disco reproduciéndose en su memoria, una y otra vez. Ella se había sentido culpable, había pasado toda la noche llorando y refugiándose en el «él me ha provocado más daño» para intentar quitarse algo de culpa. Aunque, debía ser sincera consigo misma, no lo había conseguido.

La presentación de Níveram al reino se había sucedido con plena normalidad, ahora se estaba realizando una pequeña exposición de diferentes espectáculos en la plaza central del pueblo, mientras la princesa se encontraba recorriendo los diferentes puestos, siendo perseguida por habitantes del pueblo para poder verla de manera más cercana. Quería ser agradable y lo estaba consiguiendo, pero se sentía bastante mal por pensar que no estaba disfrutando lo suficiente de la experiencia de conocer a su pueblo, dado todo lo que había vivido el día anterior. Al menos, la chica sí logró sentirse bien en algunos momentos puntuales, como cuando compró distintas telas bromeando con algunos mercaderes. Lo que más le había gustado del día era la forma en la que los niños pequeños se le acercaban para pedirle que los cogiera en brazos o para darle flores

—¡Eso es porque tiene un aura muy pura, princesa! —le había musitado una madre entre risas, agarrando a su retoño de manos de Olivia. La rubia lo había acogido con cariño cuando el bebé había extendido los brazos hacia su persona.

—Me halaga usted, señora —respondió la joven, amable, entregándole al bebé la mantilla que llevaba con él. Ramkov estaba tras ella, sonriendo, recordando lo hermosa que había sido su hija de bebé. Cada niño pequeño que observaba le recordaba a Hecterón y a ella. Desde luego, los hijos eran el mayor tesoro del mundo.

Por su parte, Olivia tragó saliva. Recordaba la noche anterior y en su mente se remarcaba a la perfección el saber que no había utilizado ningún método anticonceptivo. Se sentía algo irresponsable, sabía que lo que ella y Delian habían hecho conllevaba un riesgo de embarazo. Era poco, pero era un riesgo que había sido consciente de tomar. Quiso entretenerse para no pensar en todo lo que le estaba rodeando.