Dividida | NOVELA DESTACADA @WattpadFantasiaES

[II] 2: 𝐌𝐚𝐫𝐲 𝐨𝐧 𝐚 𝐜𝐫𝐨𝐬𝐬 - 𝐆𝐡𝐨𝐬𝐭

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Las temperaturas en Daghtak dejaban ver la ida del otoño, que aquel año se había hecho más corto que nunca, dejando paso a un invierno frío y lleno de nubes que cubrían cada pedazo del cielo. El día estaba lleno de pequeñas lluvias repentinas, las que dejaban todos los caminos húmedos, con ese olor característico a tierra mojada que se hacía paso en las fosas nasales de todos aquellos que estuvieran allí. Por suerte, aquel día ya había dejado de llover.

La princesa de Daghtak se encontraba en los jardines de palacio, habiendo ya desayunado y entrenado hacía un tiempo. Olivia estaba posada en uno de los bancos, con su libreta, escribiendo como si el alma le fuera en ello. Estaba orgullosa de la novela que estaba creando, dejando ahí todas sus emociones fluir, vaciándola. Crear aquel libro le estaba drenando el dolor, era mejor que cualquier analgésico que le pudieran administrar. Cada día estaba más convencida de que las cosas que escribía cuando su estado de ánimo era algo malo, eran las mejores, porque dejaba que las sensaciones la inundaran y solo se plasmaran en el papel.

Llena de intensidad, la rubia cerró su cuaderno al acabar y suspiró, llegando a sentirse hasta mareada. La fuerza con la que había escrito la había dejado casi sin aliento, extasiada de todo lo que había soltado en palabras. Muchas veces se sorprendía de las ganas con las que amaba su profesión, después le crecía una sensación extraña en el estómago al pensar en lo que pasaría con esa novela. Era una mezcla de ilusión y miedo; temor a que las cosas ya no le salieran como antes. Había alcanzado mucho éxito con sus libros —más del que un día imaginó—, así que el listón estaba bastante alto.

Se levantó del banco, espolsándose las faldas negras y comenzando a caminar por los jardines. Sonrió al recordar cómo Hecterón y Ramkov le habían contado acerca de la belleza de aquella zona llena de plantas, pero desde luego era mucho mejor observarla y disfrutarla. Que estuviera todo húmedo por la anterior lluvia le hacía mucho más feliz, adoraba esa sensación de limpieza que dejaba el cielo cuando lloraba sobre el suelo. Las gotas estaban posadas sobre los árboles y las hojas, haciendo aquello mucho más hermoso.

Había muchos tipos de plantas, hermosas, pero que ahora estaban algo débiles por las temperaturas que cada vez bajaban un poco más. Cada vez había menos flores abiertas o vivas, la mayoría se habían secado antes de que el otoño llegara a ellas. Pero lo que le encantaba a Olivia era observar esas flores rojas con motas negras, en un pequeño parterre alejadas tras unas vallas, abiertas y hermosas desde siempre. Estaban igual que el primer día que las había visto. ¿Qué tipo de planta sería aquella, que estaba viva desde siempre?

—¿Tomando el sol? —la voz de Neiel la sobresaltó, causando que girara con nerviosismo, como si la hubieran descubierto cometiendo un delito. Se topó de golpe con sus ojos azules y su sonrisa ladeada, además de ese pelo rojizo y lacio que ahora estaba recogido por trenzas rudimentarias. Él sonrió al ver el gesto de susto en el rostro de Olivia, quien cogió aire y lo soltó poco a poco.

—Me has dado un susto de muerte, joder —respondió ella, colocando una mano en su pecho. Eso hizo que el chico riera algo más.

—Desde luego, eres toda una dama con ese vocabulario.

—Decir joder no me hace menos dama, Neiel —argumentó ella, alzando una ceja—. Las mujeres también hablamos como nos da la gana, querido.

—Y yo adoro esa sinceridad de tus palabras, querida —contestó el noble, con una sonrisa pícara. Después la observó, notando cómo portaba un vestido negro, ajustado a su cuerpo y con algo de gasa. Su cabello rubio estaba semirrecogido, dejando observar su rostro a pesar de que algunos mechones le cubrieran la espalda. Terminó fijándose en aquel cuaderno que sujetaba en una de sus manos. Ella captó su mirada, alzando un poco el librillo, haciéndolo saber que lo había pillado en ese gesto— ¿Dibujas? —cuestionó.