______ Stark (Peter Parker y tú) [COMPLETA]

Emboscada

Todos en sus posiciones, cada uno con una tarea que dudo que se cumpla al pie de la letra. Ahora solo hay que esperar al hombre que quedaría perfecto en un anuncio de chocolate Milka.

Estoy escondida con Peter. No entiendo por qué no deja de temblar.

-Piensa que todo saldrá bien -intento calmarle.

-¿Y si no sale bien? ¿Y si morimos? ¡O peor! ¿Y si te pierdo?

‐Nadie va a morir.

‐¿Cómo lo sabes?

-Prométeme una cosa. Si ves que estoy en peligro, no te metas en medio.

‐No.

-Prométemelo.

-Vale, te lo prometo. Pero tú tampoco lo harás.

-Te lo prometo ‐cruzo los dedos.

Cruzar los dedos... eso lo hacía de pequeña cada vez que le contaba alguna mentira a papá, como que no era yo la que rompía sus armas, sus trajes o que no era yo la que se terminaba el último pedazo de pastel de la nevera.

-Voy a besarte.

¡Qué manía!

-Te dije mil veces que no tienes que decírmelo. Solo hazlo.

-¿Y si en ese momento no quieres? Prefiero asegurarme.

Le sujeté por la nuca y le acerqué a mi para besarle. La forma tan dulce en la que lo hace, esos finos y suaves labios... ¿a quién no puede gustarle?

>>Te quiero.

En ese momento tembló la tierra. Me asomé. Vi una gran nave de la que salía el dueño de la vaca de Milka, alias chaquidos. Venía con el guantelete puesto.

Como suponía, no iban a cumplir las indicaciones y terminaron atacando todos a la vez, Peter incluído. Lo único que hice cuando vi que todo estaba perdido fue teletransportarme a su espalda y agarrarlo por el cuello. En ese momento, Mantis le puso las manos en la cabeza y quedó totalmente ido. Entre los que quedaron libres trataron de quitarle el guante, pero fue complicado. Cuando faltaban apenas unos centímetros, algo en él despertó e hizo que todos saliéramos disparados.

Yo me estampé contra una roca. Noté humedad en mi sien. Me abrí la maldita cabeza con una brecha. Para cuando logré recuperar la vista, el señor lila había desaparecido.

-¿A dónde ha ido? -pregunté cuando me puse de pie.

Peter vino corriendo tan pronto me vio.

-¿Estás bien? ¡Voy a matarlo!

-No es nada, relax.

Vi a mi padre discutir con Strange.

‐¿Qué ha pasado?

-Siéntate, déjame ver eso -dijo examinando mi cabeza e ignorando la pregunta-. Uf, está fatal.

-Siempre puedes pegarlo con telarañas.

Volví a mirar a mi padre y a Strange. ¿Qué habrá ocurrido?

-Le ha dado la gema -dice la chica insecto detrás mía.

-¿Estuviste escuchándonos? -pregunta Peter.

-No -respondió‐. Le leí la mente a ella -me señala.

Se acercó a mi y me sujetó la mano. Hizo lo mismo con Peter.

>>Oh, estáis enamorados -se sonroja-. ¿Tendréis crías? -pregunta emocionada.

Peter se atragantó con su propia saliva.

-Supongo que sí -respondí.

Tal vez fue muy directo, pero yo qué sé... hay muchos futuros posibles. Todo se arregla, seguimos juntos y tenemos niños; todo se arregla pero nos separamos; Thanos hace algo y nos esfumamos; Thanos hace algo y desaparece alguno de los dos; Thanos hace algo y seguimos juntos; o Thanos hace algo y nos separamos. Nunca se sabe.

-¿Estáis todos bien?

Mira quién se dignó a preguntar por nuestra salud...

-Sí, papá.

-¿Y lo de tu cabeza es salsa de tomate?

-Para las patatas fritas de piedra -intento bromear.

No causé risa a nadie. No entiendo por qué se preocupaban tanto, solo es un tajazo.

-Túmbate un rato -me ordenó-. Usa las piernas del mocoso como almohada.

-¡Se llama...!

-¡YA SÉ COMO SE LLAMA! Solo túmbate.

Uuuh, estamos con un humor de perros.

No podemos hacer nada más que esperar y pensar como salir de aquí. Y yo no tenía ganas de pensar. Estoy cansada de tanta guerra.

No me quedó otra que recostar la cabeza en las piernas de Peter. Lo agradecí como un vaso de agua en el desierto, y lo mejor fueron las caricias en el pelo. Eso me destensó los nervios y conseguí relajar los músculos.

-Peter.

-Dime.

-Ahora somos extraterrestres, como en las películas que te gusta ver.

Conseguí sacarle una risa.

-E.T, teléfono...

-...mi casa.

-Te llevaré de vuelta a casa. Podremos estar juntos en el sofá preferido de tu padre.

-¿El sofá intocable?

-Sí. Comeremos de todo para mosquearlo -no pude evitar reir.

Se inclinó un poco a la altura de mi oreja y susurró.

>>Y luego te haré el amor.