______ Stark (Peter Parker y tú) [COMPLETA]

Yogurín de Queens

-¡Yogurín! -grita mi padre.

-¿Qué haces? -pregunto en un fuerte susurro.

En ese mismo momento aparece del aire un tío con ¿un pijama? puesto, le quita el escudo a Steve y se pone de cuclillas encima de una furgoneta.

Aparezco a su lado y del susto termina sentándose.

-¿Quién eres? -me pregunta.

-Eso debería decírlo yo. Nunca te vi por la torre.

-¿Torre? ¿La torre del Señor Stark?

-La torre Eiffel.

-Ah, entonces no. Nunca salí de Queens.

-¿No conoces el sarcasmo?

-Oh, sí -se rasca la nuca-. Lo siento.

-¡Tortolitos! -escuchamos la voz de mi padre por el pinganillo-. Dejad el ligoteo para después. Ahora tenemos que detener a Don brazo metálico.

-Si quisiera ligármelo ya lo habría hecho -respondo tras ponerme a su lado.

-Si sobrevive te lo presento -dice con tono humorístico.

-¿Piensas que voy a dejar que os maten?

Dejando la pregunta en el aire, comienza la guerra.

Cojo un palo de metal del avión medio destrozado y voy contra un hombre que jamás había visto. ¡JA! Fue literalmente un visto y no visto porque desapareció antes de tocarle.

De pronto caigo al suelo y encima se pone el hombre, forcejeando para quitarme la vara.

-No es nada personal, pero si cobro... -dice.

-Veo que tienes el sentido de la justicia un poco atrofiado.

Le tiro, pero como me quita la vara me pongo encima, forcejeando de nuevo.

-Soy -dice con dificultad y haciendo fuerza- Scott.

-______. Oye, suelta la vara. Tengo que ayudar a mi padre.

-Y yo al tío que me va a pagar.

-Ya me cansé.

Le agarro por las muñecas y le llevo de un sitio a otro, mareándole. Dentro del avión, encima de la furgoneta, dentro del aeropuerto y por último lo dejo tirado en el suelo.

Con arcadas, suelta el palo y me voy al interior del edificio.

>>¡Nat!

-¡Aquí!

-¿Dónde estabas?

-Peleando con Clint.

El terreno comienza a temblar. A través de los critales rotos vemos a Scott convertido en ¡un gigante!

>>Iré atrás.

-Yo intentaré ayudar. Sin mis armas no puedo hacer mucho.

-Lo mejor es que no los tengas para no dañar a nadie -se va deprisa.

Cuando llego fuera, el gigante se hizo pequeño, el capitán ha desaparecido y no hay rastro de robots volando.

Camino intentando ver a alguien entre tanta polvareda.

-¡Estoy bien, de verdad!

-Ya has ayudado bastante, lo has hecho bien.

-¡Puedo seguir! -dice con ansias.

-Oh -dice cuando me ve-. Ocúpate de él.

-¿Ahora soy la niñera del niño del pijama de rayas? -me cruzo de brazos.

El chico está en el suelo agarrándose el costado derecho y con la máscara mal puesta.

-Algo así, no quiero que le pase nada -le miro mal pero ni se interesa en el gesto-. Llévalo a la torre, cura sus heridas y yo iré lo antes posible.

Me acerco al herido.

-¿Se puede saber a dónde vas?

-A limpiar el mundo -se va volando a toda pastilla-. ¡Te quiero, cariño! -dice por el pinganillo.

Me pongo de rodillas junto al chaval y le ayudo a levantarse.

-¿Tiene otra torre en Alemania? -pregunta con tono de sorpresa.

-Claro que no. La torre está en Estados Unidos.

Paso su brazo derecho por mis hombros y le agarro por la cintura.

-¿Y cómo...? ¡AAAAAAH!