______ Stark (Peter Parker y tú) [COMPLETA]

Confesiones

Volví al hotel y me metí en mi habitación. Me tiré en la cama sin siquiera quitarme los zapatos.

Tengo la mente echa un puto caos y los nervios a flor de piel. Odio que traten tan mal a Peter por no pensar como un adulto responsable, y no se dan cuenta de que no es un adulto; por otro lado está Peter. Eso que escuché en la fachada me dejó muy tocada. Ya paso de ser jodida con él. Me pegaré a él, me aliaré o como querráis llamarle. Pero tenemos que volver a ser nosotros dos contra el mundo.

Quiero volver a salir con él, quiero hacer cosas nuevas, cosas que nunca hicimos. Quiero hacer el amor.

Pero antes de eso debo estar presentable. Dijo que el conjunto me quedaba bien, eso quiere decir que le gustó. Claro que le gustó, si lo eligió él.

Llamé al servicio de lavandería y pedí que en diez minutos me trajesen de nuevo el traje limpio. No tardarán. Y yo tampoco debo.

Abro el grifo de la ducha, y mientras se calienta el agua busco en mi neceser una cuchilla de afeitar. No son tan malas como creéis, y lo de que el pelo crece más duro es un mito. En fin, que me meto en la ducha y me quito todas las matas de pelo que tengo quedando totalmente suavecita.

Justo cuando salgo, petan en la puerta para devolverme el traje, que por cierto huele muy bien. Me vuelvo a vestir con él, pero esta vez me quedo descalza. Seco mi pelo y ahora a esperar sentada. Estoy segura que vendrá a mi habitación a contarme algo de la pelea.

Llamada entrante de Peter.

-¡Hola! -saludo.

-¡Hey! Oye, ¿dónde estás?

-En mi habitación.

-¿Te importa que vaya? Tenemos que hablar de un par de cosillas.

A cualquiera le acojonarían esas palabras, pero tratándose de este chico y sabiendo lo que sé, seguro que todo serán gratas sorpresas.

-Que va, puedes venir -respondo.

-Deja abierta la ventana.

Cuelgo y abro la ventana. La noche está preciosa. Se ven todas las estrellas y hay Luna llena.

Vuelvo a sentarme en la cama, pero antes me echo un poco más de colonia. Poco después aparece Peter, aunque sin el traje. Viene con un pantalón normal y una camisa blanca que ñam ñam como le queda.

-¿Ha ido todo bien? -pregunto refiriéndome a la pelea de hace un par de horas.

-Todo bien. Oye -suelta la mochila en el suelo y se acerca-, gracias por defenderme de Furia. No sabía qué decir. Bueno, no me atrevía a decir nada. Ahora es mi jefe.

-A los jefes hay que responderles cuando te menosprecian de esa manera -me pongo de pie-. No puedes dejarte pisar por nadie.

-¿Te ha gustado el conjunto? -me mira de arriba abajo como un escaner.

-Es más corto de lo que suelo llevar, pero es genial.

-Estás perfecta.

Ambos hablamos a la vez diciendo: "Quería decirte..."

-Empieza tú -dije.

-Nunca te dije esto porque no tuve valor -hace una pausa-. Estoyenamoradodetiyquierosalircontigo -dice corriendo.

-¿Qué? -no entendí ni mierda.

-Que... estoy enamorado de ti... y quiero salir contigo. Quiero volver a estar contigo. Echo de menos dormir abrazados, y que cada mañana me quites las sábanas porque tienes frío, o que metas tus manos congeladas por mi espalda para hacerme saltar... o me quites el desayuno por pereza a hacértelo tú -dice sonriendo-. Por favor, vuelve conmigo.

Respondí a eso con una sonrisa tonta en mi rostro. No podía creer que por fin no fuese yo la primera en tomar la iniciativa.

Al ver que no decía nada se pegó del todo a mi y me abrazó.

>>¿Te dejé muda?

-Algo así.

Y el capullo comenzó a hacerme cosquillas. ¡PUTAS COSQUILLAS! O benditas cosquillas... ahora mismo no sé como calificarlas. Las odio, pero gracias a ellas y a mis movimientos de culebra, terminamos tirados en la cama. Cuando me tuvo presa debajo suya, dejó de hacérmelas... y...