EDITH

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Dormí como la mierda por las comúnmente llamadas "mariposas en el estómago". Solo pude pensar en el baile en el que la música eran nuestros zapatos sobre la piedra y en el beso de anoche.

El único hueco libre en el bus a Praga conducido por Dimitri, un hombre que trabaja para mi padrino, era al lado de Peter, pero vaya mierda cuando Brad se puso delante mía y me cedió el asiento a su lado.

-Siéntate aquí.

-Voy atrás.

-No hay huecos.

-Sí hay.

-¡Vamos, vamos, sentaos todos! -ordena el profesor empujándome al asiento.

Estoy aburridísima. Yo quería ir con Peter. Teníamos cosas de las que hablar.

De vez en cuando miraba hacia atrás. Hubo un momento en el que le vi con las gafas que utilizaba mi padre. Lo que había decidido darle.

Tras varios kilómetros recorridos, hicimos una parada de diez minutos en una gasolinera.

-Voy a mear -digo levantándome.

-Vale, te espero fuera -responde Brad.

-No hace falta.

Fui al baño. Obviamente fui a mear y al salir entré en la tienda a por algo de comer. Y el pesado de Brad fue detrás mía todo el puto rato.

-¡Eh, ______, tengo que enseñarte algo!

-¿De qué? -me mata la curiosidad.

-Una foto de Peter.

Brad saca el teléfono y me enseña la foto. En ella está Peter con los pantalones bajados junto a una mujer rubia, una compañera de Dimitri que conocí en el cuartel.

El idiota empieza a reirse. Cuando aparto la vista del móvil veo a Peter lo bastante cerca como para haberlo oído todo. Su cara es de total desesperación. Está como un pimiento.

-¿Qué te parece? -pregunta Brad entre risas.

-Que tiene una polla enorme.

Siempre fina, siempre diva. Tsss... sí, ojalá hubieseis visto la cara de Brad. Se quedó como el cuadro del grito, pálido y con la boca abierta. En cuanto a Peter... bueno, el chico lo escuchó todo, así que a su color rojo súmale más rojo y un poquito de vapor saliéndole de las orejas y tendremos su preciosa cara de vergüenza, confusión y ganas de morir.

-¡Todos al bus! -ordena el profe.

Nuevamente subimos. Esta vez, Brad decidió ir con otra persona, y yo pude ir con Peter.

-Eso ha sido muy vergonzoso para mí -susurra cuando me siento.

-Para él también.

-¡¿Pero tú te das cuenta de lo que has dicho?! -se alarma.

-Sí -me recuesto en su hombro-. Estoy harta de que me siga a todos lados. Solo está pendiente de joderte.

-Me vengaré de Brad.

-¿A sí? ¿Cómo?

-Con EDITH.

-¿Quién?

Saca las gafas que le había dado hace una semana en el restaurante.

>>¿No es FRIDAY?

-No. Es EDITH. Significa: Estando Difunto Igualmente Tu Héroe.

-Cosas de Tony -sonrío con nostalgia-. Oye, Peter. Quería hablarte sobre una cosa.

-Ahora no -me tapa la boca con la mano-. ¿EDITH? Quiero vengarme de Brad. ¿Un ataque? -me mira y niego con la cabeza. Intento sacar su mano de mi cara, pero el cabronazo tiene fuerza-. Sí. Espera, ¿qué? -se alarma.

-¿¡Pero se puede saber qué haces, maldito descerebrado!? ¡Vas a matarnos a todos!

-Yo, eh... EDITH, anula el ataque.

-Eh, Parker -le llama Flash-. ¿Qué hay, Stark? ¿Ya volvéis a estar juntos?

-Eh...

-Decidlo en mi live de Instagram.

Peter le da un golpe en la cara y el chaval queda inconsciente en el asiento.

-¿Le has pegado a Flash? -pregunta Betty sorprendida.

-No -responde Peter-. ¡No, no quería decir eso!

Ahora sí que estamos en peligro. Este chico es el único que puede controlar esa máquina que controla todo el armamento de Stark, y acaba de mandar liquidarnos.

-¡HAZ ALGO! -le grito.

Lo más sensato que se le ocurre es sujetar con una telaraña el volante y hacernos serpentear por la carretera, que mira tú por dónde, queda al ladito de un acantilado.

>>¡PARKER!

-¡NO ME GRITES, SINO NO PUEDO PENSAR CON CLARIDAD!

-¿A ESTO LO LLAMAS PENSAR CON CLARIDAD?

-¿Segundo ataque? -susurra.

-No me jodas, Parker.

-Sentaos chicos -manda el profesor.

-¡Mirad, cabritas montesas! -señala a la ventana.

-¿Cabritas montesas? ¿Dónde?

Todos pegan la cabeza al cristal. Peter aprovecha para saltar al techo, y en apenas milésimas de segundos vuelve adentro.

-¿Ya está? -pregunto.

-Sí, ya...

-Peter -le llama Betty-. Crees que nadie se ha dado cuenta -ambos nos tensamos-, pero tu nuevo look es genial.

-Oh -se alivia-, gracias.

Me siento rendida en el asiento de la ventana y Peter se me tira encima.

-¡EH! Que corra el aire -intento levantarlo sin éxito. De hecho me cansé más-. Me rindo contigo.

-Genial -sonríe satisfecho.

Está tumbado sobre mi con la cabeza entre mi barriga y el cristal. Sigue sonriendo y mirándome a los ojos con ternura. Para no estar totalmente aplastada e inmóvil paso el brazo derecho por detrás de su cuello y el izquierdo lo pongo sobre su torso.

Poco a poco, con timidez, comienza a sujetarme la mano izquierda, a hacer caricias sobre el torso y jugar con los dedos. Las caricias van subiendo por mi brazo hasta llegar a la cara. Eso me hace bajar la guardia.

Y todo eso en conjunto me relaja, hace que me sienta protegida. Lentamente se va acercando hasta pegar nuestros labios. En este momento olvidé quién soy, dónde estoy y a dónde voy.

Se separa de mi y termina dándome un beso en la punta de la nariz. Comienzo a acariciarle el pelo revuelto, consiguiendo que se relaje y con suerte podremos dormir un poco. Tanto estrés es malo para cualquier corazón.

He de confesar que este es un Peter mejorado. Es más atrevido, no pide las cosas todo el rato y... es más cariñoso que antes, y eso que antes era como un oso amoroso.

>>Te quiero, señorita Stark.

 ______ Stark (Peter Parker y tú) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora