CAPITULO 34

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DESESPERO

APRIL

—Esta bien, ahora, repíteme que fue lo qué pasó.

Marcus dejó de sollozar y se pasó las manos por su cara.

—Encontré a mi madre muerta, y a mi hermana, mi mejor amiga también murió y todo fue culpa de ese... Avarí. La mujer de la que estoy enamorado, quiso matar a Donna y las únicas personas en las que puedo confiar, son ustedes y Lugur.

—Y no te estoy manipulado, es la verdad. Div, Galu, Lugur y yo, le somos fieles a Donna— señalé la persona a su lado—. Ese es Mariano pero...

—Pero es un alma en pena, no puede tener paz, hasta que Donna pueda ser feliz, y Mariano también murió por culpa de Lucifer.

—¿Yo que soy?

—Una bruja, una bruja que fingió que estar enamorada del diablo, para ganarse una "maldición"—hizo unas comillas—, que para ti era un regalo, una bendición. Lugur es tu mejor amigo y necesitabas algo así, para hacerlo.

Suspiró y volvió a tallarse la cara, pues con Marcus en estado de shock, llevábamos ya 4 días de atraso, en los que solo podía ver a Lugur y entrar a la mente de él, en ratitos.

Llevo ya durante un tiempo libre, leyendo el libro de Lucifer, de conjuros y maldiciones. Si mis poderes no me fallan, puedo ser capaz de abrir las puertas del infierno para él y así, sacamos a Donna.

Dejé que Marcus se siguiera recuperando y le hice una señal a Madeleine, para que viniera por él. Manteníamos ocupado al muchacho con entrenamientos, que muy fuerte, los aceptaba.

Me dirigí a Div y me frunció el ceño, viendo el pergamino, que había en el medio de la enorme mesa.

—¿Cuantas profecías hizo Lucifer?

—Ni idea— respondí—. Pero conozco todas apenas las sienta o vea.

—¿Te sabes esa?—me señaló la de la mesa.

—Algo así—me acerqué—. Los 3 guerreros y las 2 princesas.

—¿Habla de nosotros? Lucifer está obsesionado entonces.

—No es de ustedes.

—¿Entonces?

—Creo que... podría ser de...

Le dije las posibles personas que podrían ser de esa profecía, a lo que Div me miró boquiabierto y con el ceño sumamente fruncido.

—Es imposible.

—Es muy posible.

—No me creo esto— se pasó las manos por su pantalón—. Es lógicamente imposible. Según Pierce, él murió ¿Quien más podría tener hijo?

—Pues... ya está otro pecado.

—¿Lugur? Lugur odia a los niños y con todo respeto al estorbo, ella nunca estará mentalmente bien para tener un hijo, a menos que se atienda, si ellos llegarán a tener un feto en estas condiciones, lo más seguro sería que, no lo aguantaran y lo botaran. Parece horrible, pero harían eso.

—No estoy muy segura—dudé—. Pero el otro pecado también podría ser.

—No creo que Isrál tenga hijos, creo que las únicas personas en esta familia para llegar a tener bebés, serían: Galu, Pierce y ya, nadie más.

—Entonces no se de quien sería esta profecía. Yo lo veía algo así como una segunda generación.

—Somos los pecados capitales, nunca habrá una segunda generación de alguno de nosotros.

LOS 7 PECADOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora