LOS 7 PECADOS

CAPITULO 20

LA REALIDAD

Aventé el cuchillo con manga negra, pero no dio en el blanco, ni siquiera se acercó.

—Qué asco tú puntería—se burló Lugur.

—Es la primera vez que hago esto—me excusé.

—La primera vez que yo hice esto, fue perfecto. Lo repito, es un asco tu puntería.

—Ni sé que hago aquí, yo no soy una asesina.

Él se puso de mi lado derecho, tomó otro cuchillo y me lo puso en la mano.

—No serás una asesina, es por protección también, seguridad y defensa.

—No necesito defenderme.

—Si lo necesitas y más en la situación en la que estamos—él tomó otro tipo de arma y también la arrojó, solo que si dio en el blanco exacto.

—Esto se me hace gracioso ¿sabes? —volví arrojar el cuchillo fallando—. Cuando Avarí me hizo un extraño secuestro, le dije que nunca saldría con un asesino.

—Y no sales con él—tomó una pistola y soltó varios disparos que acertó—, solo tienes placer.

—Es lo mismo, estamos en tregua ¿recuerdas? —me crucé de brazos y dejé las armas.

—Si—me miró.

Se acercó a mí, y puso su mano sobre la mía.

—Debes tener fija la vista en el punto exacto, y mantén la muñeca sin que se mueva.

—¿Así? —hice lo que me dijo.

—Ajá, recuerda que debes darle en los puntos claves del cuerpo, la sien, el corazón, desgarrar un muslo. Te motivas y la puntería mejora.

—A mí no me llama la atención esto—seguía en la misma posición.

—Todas las personas deberían saber esto de memoria, su especie podría mejorar un poco.

—Eres de nuestra misma especie.

—Ajá—hizo que mi agarre fuera más firme—. Ten la vista fija y no te muevas, que no te tiemble la muñeca.

Acaté su orden y lancé el arma, la cual no lo dio al blanco, pero si rozó el centro de él.

—Bueno, algo es algo ¿no?

Me giré para verlo con una sonrisa, el frunció su ceño y bufó quitándose de mi espalda.

—Puedes mejorar.

—Recuérdame por qué me trajiste aquí.

—Necesitas cuidarte—caminó al blanco para recogerlo las armas—. Te dije que ahorita lo necesitas.

—¿Por qué él tal Lucifer me mandaría esa caja? y esa carta que ahora no entiendo nada de lo que dice porque está en otro idioma. Lo del nombre Lucifer es un apodo ¿verdad?

Detuvo un momento su caminar y me miró por arriba de su hombro.

—Lucifer te mandó eso por estar con nosotros, cosa mala de hecho y te conviene no saber lo que dice la carta, fuera de eso, el nombre de Lucifer tómalo como quieras.

—¿En serio le llamas así a tu padre? —me acerqué a la puerta.

—Pues le hace honor al ser un com...

Lo dejé hablando solo cuando salí del cuarto, no quería estar ahí aventando cuchillos, a lo loca. Pasé por el pasillo y llegué al primero piso, donde no había nadie, solo estaba galleta frente a la televisión.