VIVIR
¿Cómo le podías decir a la persona que odiabas que no podías amarla?
Nunca creí que podía existir alguien que pudiera amarme, sobretodo justo ahora, que yo estaba en mi peor momento. Lugur, el pecado de la Lujuria, un demonio hijo de perra, había dicho que me amaba.
Y yo no quería eso.
No quería que me dijera eso luego de haber estado en el infierno. Sentía que el estar ahí, había sido como una prueba, para que así el pudiera decidir si merecía su corazón o no.
Yo no quería eso.
Ese te amo, llegó muy tarde.
A pesar de todo, luego de un rato que nos quedamos en el suelo abrazados, ahora estábamos en una mejor superficie. Luego de que empezara a incomodar el frio suelo, pasamos a la cama, donde ahora, ambos nos encontrábamos y me había puesto de nuevo la camiseta sucia de Eliot.
Y este hijo de puta se estaba aprovechando de mi vulnerabilidad, poniendo mi cabeza en su pecho.
—¿Por qué no me dijiste antes? — inquirí, esperando que no se molestaría.
Detuvo las caricias que me estaba dando en el cabello y posicionó una de sus manos en mi mejilla, haciendo que lo viera.
—No lo sé, nunca he sido un hombre de palabras melosas, pero el verte tan... destruida, me hizo querer decírtelas, para...
—¿Para qué no estuviera tan destruida? — respondí con la mandíbula apretada.
—Para que supieras que, a pesar de todo, lo que siento por ti no cambiará.
Asentí y pasé saliva, posicioné una de mis manos en su pecho, y comencé a desabrochar los botones de su camiseta.
—¿Qué haces? — tomó mi mano.
Lo ignoré y quité la camisa, colocándome a horcajadas sobre él, en plena desnudes y con mis jodidas marcas.
—¿En serio me amas, aunque tenga esto? — tomé su mano y la coloqué en mi vulva, donde tenía unas quemaduras.
Lugur tensó su cuerpo y suspiró con mucha pesadez, sus ojos se empezaron a tornar de un color oscuro y su cambio de humor fue rápido.
—Voy a ver qué paguen, cada persona que te tocó—siseó con enojo—. Hablando de eso, tengo algo para ti.
—No respondiste mi pregunta— lo detuve antes de que se levantara.
Él blanqueó los ojos y se sentó rápidamente, para tomarme de la nuca y pegar nuestros labios, en un agresivo beso que me dejaba en el limbo. Sus labios se movieron a un ritmo fugaz, que me hizo acoplarme con naturalidad.
Yo lo sujeté del cabello, y lo que haría a continuación, sería para un beneficio mío.
Tomé sus manos e hice que las enroscara en mi cintura. Descendí mis besos a su cuello y el apretarme más al demonio, me hizo jadear cuando sentí su bulto debajo de mi sexo.
Me comencé a empapar y mis fluidos se veían por el pantalón oscuro que traía puesto el hombre que me tenía bien sujeta.
—Donna, espera— jadeó.
No le hice caso y comencé a desabrochar su camiseta, dejando que me enseñara los tatuajes de su pecho y todo su cuerpo. Aparté la prenda y pasé mis manos por cada parte de su cuerpo con tinta.
Necesitaba distraerlo para lo que haría.
Lugur me sujetó de las caderas y me hizo empezar a rozarme contra su dura entrepierna. Yo me mordí el labio y empecé a dejar pequeños besos en su hombro, mientras el besaba mi cuello y subía sus manos, de mi estómago a mis tetas.
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LOS 7 PECADOS
ActionLos 80s era una época en donde gobernaba la música, la libertad y la mejor adolescencia para ella. Su vida no era perfecta, pero se conformaba con eso... Hasta que conoció a los demonios. Los 7 pecados capitales. Ellos invadieron cada célula de ella...