CAPITULO 48

5.3K 383 326
                                    

PLANES

AVARÍ

El sudor me empapó por completo, estaba cansado físicamente y emocional, pero no dejaría que se me vea como lo hizo el idiota de Lugur.

Me tenían encerrado en la mazmorra, mismo lugar donde yo hice que secuestraran a Donna para invitarla a tomar un café y decirle la verdad de muchas cosas, pero claro, el imbécil de Lugur se me debía de adelantar.

Sonreí ladino cuando la puerta se abrió y entró Div con un látigo en la mano.

—¿Serás mi amo hermano? Mira que me gustan los juegos de rol, pero no el incesto.

Me regresó la sonrisa, pero no esperé que, al mismo tiempo, el látigo me diera en la cara.

Hice un esfuerzo por retener la mueca de dolor que tenía en el rostro, así que me limité a escupir en sus sucias botas blancas.

—Prefiero ser un dominante antes que sumiso, Avaricia.

—Hasta yo prefiero eso—fingí buscar detrás de su espalda—¿Y nuestra cuñada? Hace tiempo que el ruido de la música se dejó de escuchar.

—Está en la esquina de que te importa y espero te pudras aquí.

—No conozco la calle ¿Referencias?

Otro latigazo impactó en mi pecho y esta vez no pude ocultar el dolor que me provocó, eso le sacó una sonrisa a Div.

—Anda, saca tu sarcasmo de nuevo y el golpe te lo daré en los bajos.

—¿Esto es lo único que me harán por joderle la vida a Donna? —bufé—En ese caso, la hubiera jodido más.

—Solo estoy empezando, no cantes victoria idiota.

—No sé qué te molesta tanto, todos sabemos que la culpa es de Donna

—Y la misma burra vuelve al trigo—negó y prendió fue de un cerillo que sacó de su pantalón—¿Que no aprendiste la lección?

Mi corazón empezó a bombear con mucha fuerza, cuando el fuego se vio amenazante.

—Nosotros nos podemos morir por armas demonio, pero ¿Se te olvidó que también podemos morir quemados?

Mi pecho colapsó cuando vi que su intención era metérmelo en la boca.

—Repíteme ¿De quién fue la culpa de todo esto?

—De Donna.

—Repuesta incorrecta—sonrió y me abrió la quijada.

El cerillo fue apagado en la punta de mi lengua. Me sacudí tratando de zafarme y me quejé con dolor cuando la quemadura se sintió como el puto infierno. Cerré los ojos sintiendo la respiración de mi hermano en mi cuello.

—¿De quién fue la culpa?

—De Donna ¡Pero déjame decirte por que! —me apresuré hablar antes de que malinterpretara las cosas.

Se alejó y abrí mis ojos, su ceño se frunció y metí mi lengua. El puto dolor me hizo sujetarme con fuerza de las cadenas donde me tenían sujetado, ya que me encontraba de rodillas, con mi pantalón y el torso descubierto, mis manos estaban detrás de mi espalda sujetadas con cadenas y mis talones tocando mi culo, mis tobillos tenían cadenas y parecía un puto cristo.

—Hablas o te corto la lengua.

—Donna si tiene la culpa de nuestras desgracias, al menos de las más recientes, pero todo esto es solo una pequeña parte.

—¿Una pequeña parte de qué?

—De lo que nos espera a futuro. Donna es el inicio, aún nos falta el detonante.

LOS 7 PECADOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora