LOS 7 PECADOS

CAPITULO 18

LUNA

Era raro esto, ya llevaba 2 días y a cada nada que Lugur y yo nos veíamos, la atracción sexual era mayor y pues... la descargábamos en su habitación o en cuarto donde mató gente, cosa que yo le pedí por un orgasmo.

Me iría al infierno.

Había estado tantas veces con Lugur ayer encerrados, que la noche había llegado y me tuve que ir a dormir. Lugur me dijo que me fuera y mañana saldríamos a uno de los últimos bares de mala muerte para así terminar por fin la lista con 5 lugares.

No pasábamos nada más que no fuera tocarnos, pero en algunos momentos tenía la sensación de querer sentir más, pero no me armaba de valor para eso.

Aún tenía una cosita que me daba ansias hacerlo, tal vez a Lugur no le gustaría tocarme de una forma más placentera por lo que yo había pasado. Tal vez yo tendría un ataque de pánico y él me apartaría y me odiaría por ello.

Pero ahora eso sólo era un estorbo en mi conciencia, porque me estaba arreglando para poder salir con él. Me dijo que me pusiera algo ligero y sencillo, así que me puse unos tenis, una sudadera muy grande y unos bikes shots... de Barbie, y decirle a Marcus que se los pidiera a ella, fue algo incómodo.

No había visto a Mariano desde ayer y Marcus dijo que seguro había ido a pedir limosna, así que me calmé.

Fuera de eso, no había salido desde ayer de la habitación, más que nada por las horribles marcas moradas que tenía en el cuello, de besos y marcas de dedos.

Me traté de subir la chamarra lo más que pude, cosa que no pude y las marcas de mi cuello eran muy notorias. Necesitaría maquillaje.

Negué y salí del cuarto, pero antes esa vocecita de nuevo. Creía que tenía demasiada cerilla en el oído y me estaba haciendo oír cosas.

Soy la Lujuria, Donna

El abuelo Dios.

Lucifer, nuestro padre.

Eran demasiadas referencias que hacían a demonios y ángeles.

Yo llevo miles de años contigo.

Extraño el siglo 15.

¿Podría ser posible que se existieran? No lo creía, pero, en serio se la pasaban haciendo metáforas y referencias a ellos. Bien, estaría una semana aquí, si en esta semana no notaba nada raro de nuevo, olvidaría eso, y tal vez la voz de mi cabeza igual.

Puta voz.

Iba bajando las escaleras viendo cómo en el sillón estaba Isrál y Barbie riéndose a carcajadas mientras entablaban una conversación.

Me aclaré la garganta, no quería ser una chismosa y cuando me vieron los 2 se pusieron serios y me ignoraron viendo al frente.

—Bonito collar—me dijo Isrál.

Jodido Lugur, ahora tenía marcas por su puta culpa.

Traté de ignorar sus comentarios y pasé por delante presionando el botón del elevador, cuando escuché otros pasos bajando las escaleras.

—Ay mira, los tortolitos saldrán ¿Una cita? —Barbie le preguntó al que supongo era Lugur.

—Sí, iremos a tu ano negro, será muy romántico.

Isrál no quitaba su cara de amargado y me estremecí al sentir la mano de Lugur en mi espalda baja.

—¿No tienes otros pantalones? —preguntó bajando un poco la mano.