EL SECUESTRO
—Eso que hiciste es imperdonable—Marcus negó y cerró su casillero con fuerza.
Yo escondí mi cabeza dentro del mío y me sentí una idiota.
—¡No sé lo que pasaba por mi mente!
—Te deje sola como 15 minutos y me dices que terminaste cantándole una canción de Chicago a un desconocido. Eso es una falta de respeto a esa hermosa canción y al grupo.
—Ya te dije que no sabía lo que hacía—saqué mi cabeza del casillero y lo miré—. Además, dudo que fuera el tequila, apenas me terminé un trago.
—¿No le pusieron nada a tu bebida?
—No, sabía bien y no tenía color de nada y me sirvieron en la barra—me aclaré la garganta y hablé muy bajito—. Por cierto, casi nos besamos.
—¿Qué?
Tomé aire y le di una gran sonrisa.
—Casi me beso con un ese tipo el viernes—ladeé mi cabeza y me marché al aula.
Escuché sus pasos a mi espalda y me tomó de la muñeca haciendo que los 2 entráramos rápido a nuestra clase y nos sentáramos en nuestra mesa juntos.
—¿El de los tatuajes en los brazos?
—Si.
—¿El de los ojos perfectos?
—Si.
—Buenos días muchachos el día de hoy, veremos en la clase de química...
—¿El que es dueño de la disco a dónde fuimos?
—¡Que sí! —lo reproché en un susurro—. Cuando el profesor termine de explicar el trabajo te digo que más paso.
—No me vas a dejar a medias—se indignó.
En parte, la historia que le contaba si estaba a medias. Me estaba olvidando de decirle que los asesinos del alcalde acudían a ir a su disco.
Y que yo los conocía.
—Nos van a regañar si no te callas.
—Bien—me sonrió con malicia—. Pero solo lo haré si me respondes ¿Por qué hiciste todo eso si no eres así?
Ay Marcus, hasta yo quería saber.
Era como si por un momento me hubiera desconectado y otra versión de mi saliera. Como si el deseo y la lujuria se hubieran apoderado de mí en un segundo.
No era la primera vez que me hubiera besado con un extraño, ya había salido a discos y tomaba y me divertía con ellos, pero solo era eso. Unos simples besos.
¡Pero demonios! Jamás le había cantado a una persona una canción y menos una con ese tipo de letras. La tensión que sentí con el tipo de lavado de autos fue impresionante y alarmante, hasta recordé su nombre y soy pésima para eso.
Lugur, creo que ese era su nombre.
Extraño nombre tenía el tipo este.
—Ni yo lo se Marcus, solo fue como si fuera otra persona.
El solo asintió y empezó a mostrar atención a la clase.
Se veía cansado. Después de lo que pasó el viernes de esa noche con la maestra de cálculo, me dijo que se enteró que solo lo había llevado a esa disco a causarle celos aun tipo con el que se acostaba, pero después de que los vio y los ignoró, la maestra le gritó tantas cosas, que Marcus ya no sabía si lo estaba insultando o echándole una maldición.
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LOS 7 PECADOS
ActionLos 80s era una época en donde gobernaba la música, la libertad y la mejor adolescencia para ella. Su vida no era perfecta, pero se conformaba con eso... Hasta que conoció a los demonios. Los 7 pecados capitales. Ellos invadieron cada célula de ella...