Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo

Victore revela el secreto

Hades desplazó su mano por el muslo de su loba hasta su tobillo el cual detuvo. Desde que habían llegado y sentado ella no había cesado el movimiento, el único indicio de que Estaba ansiosa. Y eso solo ocurría cuando involucraba a su familia y seres queridos.

-Tranquila- Hades se acercó y le susurró.

Ella lo miró por el rabillo del ojo más no dijo nada. Pero el alfa sabía que al menos con su toque y un poco de feromonas que estaban soltando en dirección a ella, la loba se había relajado… un poco.

-Y bien- Layan estaba sofocado entre las cuatro paredes de su estudio, entre los problemas de la manada, sin un beta disponible temporalmente, la intriga que tenía Victore sobre su persona, la pareja que no paraba de quitarse las manos de encima y su loba en cama luchando por su vida. Como que… era mucho incluso cuando él era el lobo más fuerte en todos los kilómetros cuadrados.

-Alfa, por favor- Victore le señaló la butaca junto a la pareja y frente a él- Esta conversación es sumamente seria.

Layan no protestó y se sentó recargando su cabeza en su mano. Se sentía agotado, estaba molido y necesitaba unas buenas horas de sueño que no había podido tener. En cualquier momento podría colapsar más no lo decía. Debía ser fuerte y no solo por él.

-Habla- le ordenó a Victore un poco más brusco que lo que deseaba pero en ese momento realmente no tenia mucho control sobre si mismo y eso que se retorcía dentro de él.

Victore no se vio inmutado ante la forma en que Layan le había hablado. Lo comprendía. Y al parecer la pareja también que se mantuvo callada.

-Bueno- comenzó a decir apretando sus dedos en su regazo- Esto que voy a decir en primera no puede ser sabido por nadie más y en segunda se lo cuento al alfa de la manada de plata y su reina porque tiene relación con ustedes en dos partes. Primero porque Layan se relacionó con su padre, el alfa Saisen y en segunda ahora con su hija Priscila-

Hades frunció el ceño.

-¿Mi padre?-

-Tu padre y yo entrenamos con tu madre para convertirnos en alfas. La maldita de Celesia es linda como el demonio pero tiene un puño de hierro para entrenar. Ya él era todo un lobo adulto y yo aún un cachorro- le dijo Layan como si eso fuera lo más normal del mundo. Alzó la ceja cuando notó la mirada pesada del otro lobo sobre él- Te llevo más de 150 años por encima Hades. Créeme ese tiempo marca la diferencia-

Hades no le respondió. Más bien, desvió su atención de nuevo a Victore que se notaba algo nervioso.

-¿Qué más?-

-La verdad es que hay un pequeño detalle que tanto Saisen como Celesia y yo escondemos. Priscila es medianamente consciente del tema pero al parecer no lo entiende mucho-

-Victore- la voz de Layan fue grave, sus colmillos se mostraban amenazadoramente- Acababa de llegar al punto-

Victore tragó en seco.

-Layan, si lo sofocas no podrá hablar. Reprime tus feromonas- la voz de Nebraska fue seca en dirección a él y fue cuando se percató que estaba liberando feromonas. Estaban tan atareado que no se había dado cuenta.

Victore pudo respirar mejor cuando el ambiente dejó de ser tenso y su cabeza dejó de palpitar. Fue mucho más fácil seguir.

-Verán, el tema principal aquí es que usted, alfa Layan, no se ha fusionado con su parte salvaje- soltó sin más.

…
…
…

-¿Qué?- la pregunta salió más de Hades que de Layan que tenía los ojos muy abiertos y la conmoción casi no lo dejaba hablar.