Solo tú puedes hacerlo

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Priscila primero había sentido malestar, mucho malestar, dolor de cabeza, demasiado para ser soportado, y después todo se volvió caliente y rojo. Ante sus ojos solo había flamas, grande y agresivas que la aterraban. No podía dejar de temblar.

Las voces en su cabeza ahora eran gritos que se entrelazaban a punto de volverla loca, podía sentir el dolor de los demás desplazándose hacia ella. Y aquel calor abrazador de que cierta forma era acogedor, a su alrededor. Otro grito brotó de su boca aguantándose la cabeza cuando apenas podía abrir los ojos.

Buscó a sus hermanos a sus padres solo para encontrar que entre las altas llamas había varios cuerpos tirados de un lado a otro, pero había algo que la alarmó. Aquel fino hilo rojo que salía de la boca de su madre. ¿Eso lo había hecho ella? No, eso no podía ser, ella nunca le haría daño a su familia. ¿Y sus hermanos? Ellos estaban conmocionado ¿Y su padre? Venía hacia ella, a su lado, y para su impresión, también su lobo.

-Pa- dijo casi sollozando- Ayúdame- extendió la mano buscando su apoyo pero eso solo hizo que las llamas se extendieran hasta él agresivamente.

Hades y Layan reaccionaron rápidamente y retrocedieron de un salto. El calor de las llamas era abrasador e hizo sudar al primero, la parte de adelante de su camisa se camisa se quemó. Por su parte Layan ni siquiera se había visto afectado a pesar de estar en su misma condición. Hades se sintió imponente al ver el rostro de su hija lleno de pánico al notar lo que había hecho y retraerse.

-Pris- casi soltó en un jadeo, ahora no le importaba nada, si siquiera su manada, no se fijaba en su familia pues sabía que estaba bien, sus cachorros habían sido bien entrenados y confiaba en ellos, además su esposa era una loba fuerte aunque después correría a su lado, pero su hija llenaba todos sus pensamientos.

-Alfas, no se acerque a ella- Leon, uno de los alfas gemelos se detuvo detrás de ellos y les dijo con voz seca- Solo ocasionarán que sean carbonizados en el peor de los dolores-

-¿Qué dices?- Hades se giró con los dientes apretados, sino se acercaba a su hija, como iba a sacarla de allí.

-Por favor cálmese, alfa Hades- el lobo era el menos expresivo de todos ellos, ni siquiera con su hermano soltaba una sonrisa- Mire atentamente- les indicó con la barbilla, ella no está siendo atacada por nada, las llamas a su alrededor las creo ella misma, no será lastimada-

-¿Cómo puedes estar tan seguro?- Layan se quitó el cabello de la frente y lo corrió hacia atrás, veía que la temperatura de la habitación  subía pero lo sabía por los demás que estaban sudando, en cambio él no.

-Puedo decirlo porque esas llamas son creadas por el poder igual al mío, el dominio del fuego- soltó un bufido- un poder realmente fuerte si se sabe dominarlo, realmente siento lástima de ella- dijo fríamente.

Hades entrecerró los ojos, y apretó el puño conteniéndose. Debía ser racional.

-¿Hay alguna forma de detener eso?-

Leon alzó su ceja y miró a Litus, su hermano.

-Realmente no lo sé. Mi hermano es el que se ha encargado de controlar mi poder cada vez que pierdo realmente el control. No es un poder que pueda ser dominado fácilmente, se basa en las emociones, incluso es más fuerte que el Litus-

-¿Él no podría hacerlo?- Layan se giró hacia ellos.

-Se necesita un vínculo- Litus soltó negando con la cabeza- Nosotros somos gemelos por lo que mi poder llama al suyo y lo controla, en cuanto a ella, no tengo relación, si me acerco solo seré quemado, puedo decir que aunque es joven es realmente fuerte-

Hades se mordió el labio con frustración, cada minuto era esencial.

-Ella tiene el poder de nosotros los alfas- Asule, el lobo más sabio y viejo de todos intervino y todos lo atendieron, si había alguien que podía tener respuestas era él- Fueron pasados a partir de la sangre de su madre- declaró y Hades asintió, no los tomó por sorpresa, se lo imaginaban después de darse cuenta que la reina ya no contaba con la misma aura de aquella vez- Solo si despertara el poder de hielo pudiera controlarse-

Reina del Alfa #2 Serie: Almas De Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora